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El acordeonista que renunció a una carrera universitaria

Fuente: ElHeraldo.co | Fecha: 2011-08-30 | Visitas: 12399

El acordeonista que renunció a una carrera universitaria

Teniendo a Dios en su corazón y a su familia como un gran pilar para construir su felicidad, Juan Mario De la Espriella Salcedo disfruta de su éxito profesional como acordeonista de la música vallenata. Es precisamente al lado del cantante Silvestre Dangond que ha logrado consolidar un nombre que lo mantiene vigente en el mundo artístico a nivel nacional y en el exterior.

Por estos días está cargado de energía y gran dinamismo promocionando el reciente álbum al lado del intérprete nacido en Urumita, en el departamento de La Guajira. Juan Mario también celebra que su vida esté en perfecto equilibrio: sumado al éxito de su carrera musical, hace tres meses nació su hija a la que, en compañía de su esposa Dolly Caliz, decidió llamar Manuela, la princesa de la casa que llegó hacerle compañía a Salvatore, un chiquillo de 3 años y 11 meses. “Estar en mi casa es motivo de felicidad. Juego con mis hijos y también salimos a pasear con frecuencia”, dijo.

Juan Mario, quien nació en Sincelejo, Sucre, el 26 de febrero de 1973, señala que disfrutó una infancia inolvidable. “Jugué como todo niño feliz al lado de mis hermanos e influenciado por la música vallenata, debido al gusto de mi papá por este género”.
Mientras toca el acordeón, el sincelejano agrega que desde los seis años sintió una afición especial por este, aunque aclara que empezó a ejecutarlo a partir de los 13.

En medio de las parrandas le cogía las notas a las canciones y luego las repetía en un intento que le dejaba grandes satisfacciones. Poco a poco se fue perfeccionando hasta convertirse en unos de los más destacados acordeonistas del país. Asegura no haber compuesto aún una canción, sin embargo, es claro en afirmar que más de una la ha arreglado musicalmente.

Haciendo referencia a sus padres, Carlos De la Espriella (fallecido) y Rosario Salcedo, expresa que le dieron el mejor ejemplo y le inculcaron que estudiara una carrera profesional. “Ellos siempre estuvieron de acuerdo con mi pasión por la música, aunque me advirtieron que primero eran los estudios que el acordeón, cosa que me entró por un oído y me salió por el otro”, dice en tono jocoso Juan Mario, quien en la actualidad se considera un hombre renovado y ve en Dios el modelo de su vida.

Tratando de recordar asegura que al terminar su bachillerato en el Washington School de Bogotá decidió estudiar comunicación social y periodismo en la Universidad Externado de Colombia, pero bastó un semestre para sentir que esta profesión no era la suya.

Fue entonces cuando se dedicó de lleno a la música. Miguel Cabrera, Diomedes Díaz y Peter Manjarrés fueron los cantantes con los que estuvo antes de unirse a Silvestre Dangond. Con Dangond dice tener una excelente relación, tanto así que se conocen mutuamente y se compenetran musicalmente.

Su vida familiar
Con sus hermanos Carlos H. y Fabiana mantiene una linda amistad, aunque cada uno tiene su vida realizada no dejan de estar en contacto y compartir muchos momentos en familia.

Con su esposa, Dolly Caliz se conoció en Valledupar hace 11 años. “Es la mujer que Dios me regaló. La conocí cuando estaba comenzando mi carrera al lado de Peter Manjarrés y desde entonces hemos conformado una familia feliz”.

Por su parte, Dolly asegura que Juan Mario es el esposo idóneo y un excelente padre, además de ser una persona noble y sencilla. El acordeonista interrumpe y asegura que ella también es su compañera idónea. “Mis hijos son un regalo de Dios, que al verlos todas las mañanas alimentan mis ganas de vivir y de seguir luchando”, dice este padre muy orgulloso acerca de sus hijos, frutos del amor con esta mujer vallenata.

Aunque los niños aún están pequeños, Juancho comparte grandes momentos con ellos, sobre todo, con Salvatore, pues Manuella es una bebé. “Mi hijo ya muestra sus inclinaciones musicales, además de querer imitarme con el acordeón. Si él decide seguir mi profesión lo apoyaré”, recalca el sincelejano.

Cuando De la Espriella no está de gira con Dangond se dedica a estar en casa con su esposa y sus hijos. Juntos salen a pasear, comer o jugar.

Sonriendo con naturalidad, dice que en 20 años se ve disfrutando de su familia, más maduro en las cosas de Dios y haciendo música vallenata. Por último, Juan Mario se define como un ser humano totalmente normal con sus fallas y virtudes, quien está tratando de poner su vida en orden con el Creador. GC

Su carrera al lado de Silvestre...
El acordeonista sincelejano cuenta que se conoció con el cantante Silvestre Dangond en un diciembre, cuando Dangond se encontraba solo porque su acordeonista por problemas de salud se había retirado del conjunto. “Las cosas se dieron en un momento en el que yo venía presentando inconvenientes con Peter, fue así como se da la unión de nosotros”, recordó Juancho.

Texto
Lilibeth Hernández García
Twitter: @ LilyHernandezG.

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El acordeonista que renunció a una carrera universitaria

Teniendo a Dios en su corazón y a su familia como un gran pilar para construir su felicidad, Juan Mario De la Espriella Salcedo disfruta de su éxito profesional como acordeonista de la música vallenata. Es precisamente al lado del cantante Silvestre Dangond que ha logrado consolidar un nombre que lo mantiene vigente en el mundo artístico a nivel nacional y en el exterior.

Por estos días está cargado de energía y gran dinamismo promocionando el reciente álbum al lado del intérprete nacido en Urumita, en el departamento de La Guajira. Juan Mario también celebra que su vida esté en perfecto equilibrio: sumado al éxito de su carrera musical, hace tres meses nació su hija a la que, en compañía de su esposa Dolly Caliz, decidió llamar Manuela, la princesa de la casa que llegó hacerle compañía a Salvatore, un chiquillo de 3 años y 11 meses. “Estar en mi casa es motivo de felicidad. Juego con mis hijos y también salimos a pasear con frecuencia”, dijo.

Juan Mario, quien nació en Sincelejo, Sucre, el 26 de febrero de 1973, señala que disfrutó una infancia inolvidable. “Jugué como todo niño feliz al lado de mis hermanos e influenciado por la música vallenata, debido al gusto de mi papá por este género”.
Mientras toca el acordeón, el sincelejano agrega que desde los seis años sintió una afición especial por este, aunque aclara que empezó a ejecutarlo a partir de los 13.

En medio de las parrandas le cogía las notas a las canciones y luego las repetía en un intento que le dejaba grandes satisfacciones. Poco a poco se fue perfeccionando hasta convertirse en unos de los más destacados acordeonistas del país. Asegura no haber compuesto aún una canción, sin embargo, es claro en afirmar que más de una la ha arreglado musicalmente.

Haciendo referencia a sus padres, Carlos De la Espriella (fallecido) y Rosario Salcedo, expresa que le dieron el mejor ejemplo y le inculcaron que estudiara una carrera profesional. “Ellos siempre estuvieron de acuerdo con mi pasión por la música, aunque me advirtieron que primero eran los estudios que el acordeón, cosa que me entró por un oído y me salió por el otro”, dice en tono jocoso Juan Mario, quien en la actualidad se considera un hombre renovado y ve en Dios el modelo de su vida.

Tratando de recordar asegura que al terminar su bachillerato en el Washington School de Bogotá decidió estudiar comunicación social y periodismo en la Universidad Externado de Colombia, pero bastó un semestre para sentir que esta profesión no era la suya.

Fue entonces cuando se dedicó de lleno a la música. Miguel Cabrera, Diomedes Díaz y Peter Manjarrés fueron los cantantes con los que estuvo antes de unirse a Silvestre Dangond. Con Dangond dice tener una excelente relación, tanto así que se conocen mutuamente y se compenetran musicalmente.

Su vida familiar
Con sus hermanos Carlos H. y Fabiana mantiene una linda amistad, aunque cada uno tiene su vida realizada no dejan de estar en contacto y compartir muchos momentos en familia.

Con su esposa, Dolly Caliz se conoció en Valledupar hace 11 años. “Es la mujer que Dios me regaló. La conocí cuando estaba comenzando mi carrera al lado de Peter Manjarrés y desde entonces hemos conformado una familia feliz”.

Por su parte, Dolly asegura que Juan Mario es el esposo idóneo y un excelente padre, además de ser una persona noble y sencilla. El acordeonista interrumpe y asegura que ella también es su compañera idónea. “Mis hijos son un regalo de Dios, que al verlos todas las mañanas alimentan mis ganas de vivir y de seguir luchando”, dice este padre muy orgulloso acerca de sus hijos, frutos del amor con esta mujer vallenata.

Aunque los niños aún están pequeños, Juancho comparte grandes momentos con ellos, sobre todo, con Salvatore, pues Manuella es una bebé. “Mi hijo ya muestra sus inclinaciones musicales, además de querer imitarme con el acordeón. Si él decide seguir mi profesión lo apoyaré”, recalca el sincelejano.

Cuando De la Espriella no está de gira con Dangond se dedica a estar en casa con su esposa y sus hijos. Juntos salen a pasear, comer o jugar.

Sonriendo con naturalidad, dice que en 20 años se ve disfrutando de su familia, más maduro en las cosas de Dios y haciendo música vallenata. Por último, Juan Mario se define como un ser humano totalmente normal con sus fallas y virtudes, quien está tratando de poner su vida en orden con el Creador. GC

Su carrera al lado de Silvestre...
El acordeonista sincelejano cuenta que se conoció con el cantante Silvestre Dangond en un diciembre, cuando Dangond se encontraba solo porque su acordeonista por problemas de salud se había retirado del conjunto. “Las cosas se dieron en un momento en el que yo venía presentando inconvenientes con Peter, fue así como se da la unión de nosotros”, recordó Juancho.

Texto
Lilibeth Hernández García
Twitter: @ LilyHernandezG.

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Teniendo a Dios en su corazón y a su familia como un gran pilar para construir su felicidad, Juan Mario De la Espriella Salcedo disfruta de su éxito profesional como acordeonista de la música vallenata. Es precisamente al lado del cantante Silvestre Dangond que ha logrado consolidar un nombre que lo mantiene vigente en el mundo artístico a nivel nacional y en el exterior.

Por estos días está cargado de energía y gran dinamismo promocionando el reciente álbum al lado del intérprete nacido en Urumita, en el departamento de La Guajira. Juan Mario también celebra que su vida esté en perfecto equilibrio: sumado al éxito de su carrera musical, hace tres meses nació su hija a la que, en compañía de su esposa Dolly Caliz, decidió llamar Manuela, la princesa de la casa que llegó hacerle compañía a Salvatore, un chiquillo de 3 años y 11 meses. “Estar en mi casa es motivo de felicidad. Juego con mis hijos y también salimos a pasear con frecuencia”, dijo.

Juan Mario, quien nació en Sincelejo, Sucre, el 26 de febrero de 1973, señala que disfrutó una infancia inolvidable. “Jugué como todo niño feliz al lado de mis hermanos e influenciado por la música vallenata, debido al gusto de mi papá por este género”.
Mientras toca el acordeón, el sincelejano agrega que desde los seis años sintió una afición especial por este, aunque aclara que empezó a ejecutarlo a partir de los 13.

En medio de las parrandas le cogía las notas a las canciones y luego las repetía en un intento que le dejaba grandes satisfacciones. Poco a poco se fue perfeccionando hasta convertirse en unos de los más destacados acordeonistas del país. Asegura no haber compuesto aún una canción, sin embargo, es claro en afirmar que más de una la ha arreglado musicalmente.

Haciendo referencia a sus padres, Carlos De la Espriella (fallecido) y Rosario Salcedo, expresa que le dieron el mejor ejemplo y le inculcaron que estudiara una carrera profesional. “Ellos siempre estuvieron de acuerdo con mi pasión por la música, aunque me advirtieron que primero eran los estudios que el acordeón, cosa que me entró por un oído y me salió por el otro”, dice en tono jocoso Juan Mario, quien en la actualidad se considera un hombre renovado y ve en Dios el modelo de su vida.

Tratando de recordar asegura que al terminar su bachillerato en el Washington School de Bogotá decidió estudiar comunicación social y periodismo en la Universidad Externado de Colombia, pero bastó un semestre para sentir que esta profesión no era la suya.

Fue entonces cuando se dedicó de lleno a la música. Miguel Cabrera, Diomedes Díaz y Peter Manjarrés fueron los cantantes con los que estuvo antes de unirse a Silvestre Dangond. Con Dangond dice tener una excelente relación, tanto así que se conocen mutuamente y se compenetran musicalmente.

Su vida familiar
Con sus hermanos Carlos H. y Fabiana mantiene una linda amistad, aunque cada uno tiene su vida realizada no dejan de estar en contacto y compartir muchos momentos en familia.

Con su esposa, Dolly Caliz se conoció en Valledupar hace 11 años. “Es la mujer que Dios me regaló. La conocí cuando estaba comenzando mi carrera al lado de Peter Manjarrés y desde entonces hemos conformado una familia feliz”.

Por su parte, Dolly asegura que Juan Mario es el esposo idóneo y un excelente padre, además de ser una persona noble y sencilla. El acordeonista interrumpe y asegura que ella también es su compañera idónea. “Mis hijos son un regalo de Dios, que al verlos todas las mañanas alimentan mis ganas de vivir y de seguir luchando”, dice este padre muy orgulloso acerca de sus hijos, frutos del amor con esta mujer vallenata.

Aunque los niños aún están pequeños, Juancho comparte grandes momentos con ellos, sobre todo, con Salvatore, pues Manuella es una bebé. “Mi hijo ya muestra sus inclinaciones musicales, además de querer imitarme con el acordeón. Si él decide seguir mi profesión lo apoyaré”, recalca el sincelejano.

Cuando De la Espriella no está de gira con Dangond se dedica a estar en casa con su esposa y sus hijos. Juntos salen a pasear, comer o jugar.

Sonriendo con naturalidad, dice que en 20 años se ve disfrutando de su familia, más maduro en las cosas de Dios y haciendo música vallenata. Por último, Juan Mario se define como un ser humano totalmente normal con sus fallas y virtudes, quien está tratando de poner su vida en orden con el Creador. GC

Su carrera al lado de Silvestre...
El acordeonista sincelejano cuenta que se conoció con el cantante Silvestre Dangond en un diciembre, cuando Dangond se encontraba solo porque su acordeonista por problemas de salud se había retirado del conjunto. “Las cosas se dieron en un momento en el que yo venía presentando inconvenientes con Peter, fue así como se da la unión de nosotros”, recordó Juancho.

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Lilibeth Hernández García
Twitter: @ LilyHernandezG.

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