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Diomedes - El Fin de un Idolo o No - Por Diario El Pais

Fuente: Diario El Pais | Fecha: 2005-05-16 | Visitas: 3241

Diomedes - El Fin de un Idolo o No - Por Diario El Pais

Diomedes ¿El Fin de un Idolo?


El Cacique de la Junta suplica que la gente pase la hoja negra de su vida. Quienes lo conocen dicen que cayó en manos de “malos talladores” y que ahora tiene rabia contra sí mismo. Amigos y analistas del vallenato exaltan su arte y lamentan su personalidad.

Diomedes Díaz Maestre ya no puede ni con su alma. El síndrome de Guillain Barré, trastorno neurológico en el que el sistema inmunológico ataca una parte del sistema nervioso periférico, lo tiene poseído.

Eso es lo que se comenta desde La Guajira hasta las sabanas del Cesar.

Quienes asistieron a su reciente concierto durante el Festival de la Leyenda Vallenata, en Valledupar, se encontraron con un hombre que no es ni sombra del ídolo que despidieron hace ocho años.

Aterrada, media fanaticada prefirió retirarse del Coliseo del Parque de la Leyenda Consuelo Araújonoguera para no contemplar más el rostro alterado, la voz apagada y el cuerpo disminuido de quien por casi 30 años ha interpretado como nadie, según dicen los que saben, los sentimientos del raso pueblo vallenato.

Hijo de campesinos, Diomedes llegó al mundo el 26 de mayo de 1957 en la finca El Carrizal, ubicada en La Junta, muy cerca al Cerro del Higuerón, allá en La Guajira.

Aunque no aprendió a tocar acordeón, empezó a llamar la atención y a despertar envidias por cuenta de sus inesperadas apariciones en cuanta parranda se organizaba en La Junta.

Consciente del potencial que tenía entre manos, su tío Martín Maestre, celebridad de la composición vallenata, se dedicó a pulir la interpretación y capacidad creativa de su “gallito”.

En el Festival Vallenato de 1976 logró el tercer lugar de la canción inédita con el tema ‘Hijo agradecido’. Al cabo de pocos años Diomedes cosechó 22 discos de oro, 23 de platino, 13 doble platino y 3 quíntuple platino.

Pero la fama, el dinero y los placeres devoraron al Cacique de la Junta y de las cumbres del éxito rodó cuesta abajo. En 1997, Diomedes resultó implicado en la muerte de su amiga Doris Adriana Niño, ocurrida en un apartamento al norte de Bogotá.

Luego de pagar una condena de cerca de dos años, huye de la justicia cuando se le retira el beneficio de detención domiciliaria. Para esa época, Diomedes tenía pendiente una condena de 37 meses, fallada en segunda instancia por el Tribunal Superior de Bogotá, que redujo una sentencia inicial a doce años.

Cuando ese mismo Tribunal redujo aún más la condena al considerar que el homicidio había sido culposo o accidental, Diomedes se entregó a las autoridades, en septiembre de 2002.

Libre, hace algo más de un año, Diomedes busca una segunda oportunidad sobre la tierra.

Pascual Gaviria, columnista. Diomedes Díaz, como todos los ídolos del mundo, hace parte de una órbita sobrenatural. Cuando él estuvo como prófugo de la justicia, recorría esos desiertos entre Valledupar y La Guajira metido en una de esas camionetas como todo un forajido, llegaba a los pueblos cantaba unas canciones y luego se perdía dejando una estela de polvo. Siempre rodeado de tipos armados y nadie se le podía arrimar.

Además, fue un forajido con copla y acordeón, que después de haber sido acusado y condenado de homicidio, salió de la cárcel y lo recibieron con carro de bomberos y como nunca se vendieron sus discos. Eso es abiertamente escandaloso. Pero eso hace parte de la vida de este tipo de figuras.

Por otra parte, creo que a él no se le puede pedir que se comporte con los modales de la sociedad cuando él fue un hombre que nació y creció en medio de una gente que cambia un chivo por una mujer y el machismo es ley.

Por esta historia, su historia, Diomedes se convirtió un ídolo pero de costumbres campesinas.

Francamente creo que es un hombre en franca decadencia. No creo que la juventud encuentre en Diomedes un ejemplo para imitar.

EL NUMERO

15 millones de copias ha vendido Diomedes Díaz durante su carrera. Es el intérprete que más copias ha producido en Colombia.
Rodolfo Molina Araújo, Presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Diomedes ha sido uno de los cantantes que más éxitos ha tenido en la música vallenata. Es cantautor, tiene un estilo propio y ha sabido interpretar la música de Calixto Ochoa. También ha sabido imprimirle al folclor un estilo muy propio.

Luego de alejarse de los escenarios por cuenta del problema que todos conocemos, ha decidido volver a cantar y a pesar de su enfermedad, ha hecho esfuerzos para mantener su voz y su estilo. Pienso que hay que darle una oportunidad porque quiere reivindicarse con su fanaticada.

Tuve la ocasión de hablar con él y le noté una emoción muy grande y le pide a todos que no miren su pasado, que pasen esa hoja amarga, que quiere pensar hacia el futuro y es claro que quiere corregir esos desaciertos.

Orlando Galeano, compositor.

Diomedes Díaz es el cantor más auténtico que tiene actualmente el vallenato.

Entre el pueblo amante del vallenato y él hay una extraordinaria identificación. Como nadie, Diomedes relata la vida cotidiana de la gente.

‘Fantasía’ es para mí uno de sus más grandes temas y como vocalista es un claro exponente de la más pura estirpe de los intérpretes clásicos que se remontan a los cantos de vaquerías de la región del Cesar, Magdalena, Bolívar y Sucre.

En cuanto a su vida personal, hay una gran diferencia en el tratamiento que le damos en la costa al que se le da en el interior. Porque para sus coterráneos, Diomedes es un hombre sencillo, sano y hasta ingenuo, pero no siempre ha contado con la mejor suerte y para nosotros prima más la solidaridad y el factor humano que ciertos hechos.

Félix Carrillo, investigador musical.

Diomedes Díaz es un artista natural, empírico, que entre las sabanas, el ganado y la naturaleza nació su inspiración y que se fue desarrollando a través del tiempo, cuando tuvo la oportunidad de escuchar en Valledupar un acordeón.

Él viene del campo, es un cantor campesino y cada vez que canta el pueblo se siente reflejado en él. En sus venas lleva el código de la décima y la mejor expresión española que combina con su ancestro indígena y negro. Él es un típico representante de la música triétnica.

Es un gran recreador del color de nuestra aldea vallenata, de nuestra tierra. Y es una persona buena y sana, pero sus complicaciones personales y las malas compañías se interpusieron en su camino y lo llevaron por otros derroteros.

Diomedes es nuestro Elvis Preley. Es más corazón que razón y estoy convencido que es superior a Shakira, Juanes y Carlos Vives. Nadie se parece más al pueblo que Diomedes Díaz.

Pero también creo que es un diamante que cayó en manos de malos talladores que le han refundido su vida. En todo caso nadie dice que sea un santo, pero ya pagó su pena.

Pero Diomedes tiene un dolor contra sí mismo porque tuvo todo en sus manos y lo desbarató.

Orlando Montenegro, periodista.

Independientemente de sus reticencias personales, como artista es un lírico de la interpretación y la composición vallenatas. Sus canciones han determinado un hito en la historia del vallenato.

A mí, sobre todo, me gusta mucho el Diomedes de los primeros tiempos, el de ‘Me dejó el avión’, el que producía unos giros de voz únicos que ahora han quedado en la voz de su hijo Rafael Santos.

Sus letras, por otro lado, son romanticonas, inmediatistas y urbanas.

DISCOGRAFIA

- ‘Al final del sendero’.

- ‘Amarte más no puedo’.

- ‘Bonita’.

- ‘Buenas tardes’.

- ‘Déjala’.

- ‘Enséñame cómo te olvido’.

- ‘La reina’.

- ‘La suerte está echada’.

- ‘Me deja el avión’.

- ‘Mi primera cana’.

- ‘Mi muchacho’.

- ‘Por qué razón’.

- ‘Sin medir distancias’.

- ‘Todo es para ti’.

- ‘Ven conmigo’.

- ‘Volvamos’.

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Fuente: Diario El Pais | Fecha: 2005-05-16 | Visitas: 3241

Diomedes - El Fin de un Idolo o No - Por Diario El Pais

Diomedes ¿El Fin de un Idolo?


El Cacique de la Junta suplica que la gente pase la hoja negra de su vida. Quienes lo conocen dicen que cayó en manos de “malos talladores” y que ahora tiene rabia contra sí mismo. Amigos y analistas del vallenato exaltan su arte y lamentan su personalidad.

Diomedes Díaz Maestre ya no puede ni con su alma. El síndrome de Guillain Barré, trastorno neurológico en el que el sistema inmunológico ataca una parte del sistema nervioso periférico, lo tiene poseído.

Eso es lo que se comenta desde La Guajira hasta las sabanas del Cesar.

Quienes asistieron a su reciente concierto durante el Festival de la Leyenda Vallenata, en Valledupar, se encontraron con un hombre que no es ni sombra del ídolo que despidieron hace ocho años.

Aterrada, media fanaticada prefirió retirarse del Coliseo del Parque de la Leyenda Consuelo Araújonoguera para no contemplar más el rostro alterado, la voz apagada y el cuerpo disminuido de quien por casi 30 años ha interpretado como nadie, según dicen los que saben, los sentimientos del raso pueblo vallenato.

Hijo de campesinos, Diomedes llegó al mundo el 26 de mayo de 1957 en la finca El Carrizal, ubicada en La Junta, muy cerca al Cerro del Higuerón, allá en La Guajira.

Aunque no aprendió a tocar acordeón, empezó a llamar la atención y a despertar envidias por cuenta de sus inesperadas apariciones en cuanta parranda se organizaba en La Junta.

Consciente del potencial que tenía entre manos, su tío Martín Maestre, celebridad de la composición vallenata, se dedicó a pulir la interpretación y capacidad creativa de su “gallito”.

En el Festival Vallenato de 1976 logró el tercer lugar de la canción inédita con el tema ‘Hijo agradecido’. Al cabo de pocos años Diomedes cosechó 22 discos de oro, 23 de platino, 13 doble platino y 3 quíntuple platino.

Pero la fama, el dinero y los placeres devoraron al Cacique de la Junta y de las cumbres del éxito rodó cuesta abajo. En 1997, Diomedes resultó implicado en la muerte de su amiga Doris Adriana Niño, ocurrida en un apartamento al norte de Bogotá.

Luego de pagar una condena de cerca de dos años, huye de la justicia cuando se le retira el beneficio de detención domiciliaria. Para esa época, Diomedes tenía pendiente una condena de 37 meses, fallada en segunda instancia por el Tribunal Superior de Bogotá, que redujo una sentencia inicial a doce años.

Cuando ese mismo Tribunal redujo aún más la condena al considerar que el homicidio había sido culposo o accidental, Diomedes se entregó a las autoridades, en septiembre de 2002.

Libre, hace algo más de un año, Diomedes busca una segunda oportunidad sobre la tierra.

Pascual Gaviria, columnista. Diomedes Díaz, como todos los ídolos del mundo, hace parte de una órbita sobrenatural. Cuando él estuvo como prófugo de la justicia, recorría esos desiertos entre Valledupar y La Guajira metido en una de esas camionetas como todo un forajido, llegaba a los pueblos cantaba unas canciones y luego se perdía dejando una estela de polvo. Siempre rodeado de tipos armados y nadie se le podía arrimar.

Además, fue un forajido con copla y acordeón, que después de haber sido acusado y condenado de homicidio, salió de la cárcel y lo recibieron con carro de bomberos y como nunca se vendieron sus discos. Eso es abiertamente escandaloso. Pero eso hace parte de la vida de este tipo de figuras.

Por otra parte, creo que a él no se le puede pedir que se comporte con los modales de la sociedad cuando él fue un hombre que nació y creció en medio de una gente que cambia un chivo por una mujer y el machismo es ley.

Por esta historia, su historia, Diomedes se convirtió un ídolo pero de costumbres campesinas.

Francamente creo que es un hombre en franca decadencia. No creo que la juventud encuentre en Diomedes un ejemplo para imitar.

EL NUMERO

15 millones de copias ha vendido Diomedes Díaz durante su carrera. Es el intérprete que más copias ha producido en Colombia.
Rodolfo Molina Araújo, Presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Diomedes ha sido uno de los cantantes que más éxitos ha tenido en la música vallenata. Es cantautor, tiene un estilo propio y ha sabido interpretar la música de Calixto Ochoa. También ha sabido imprimirle al folclor un estilo muy propio.

Luego de alejarse de los escenarios por cuenta del problema que todos conocemos, ha decidido volver a cantar y a pesar de su enfermedad, ha hecho esfuerzos para mantener su voz y su estilo. Pienso que hay que darle una oportunidad porque quiere reivindicarse con su fanaticada.

Tuve la ocasión de hablar con él y le noté una emoción muy grande y le pide a todos que no miren su pasado, que pasen esa hoja amarga, que quiere pensar hacia el futuro y es claro que quiere corregir esos desaciertos.

Orlando Galeano, compositor.

Diomedes Díaz es el cantor más auténtico que tiene actualmente el vallenato.

Entre el pueblo amante del vallenato y él hay una extraordinaria identificación. Como nadie, Diomedes relata la vida cotidiana de la gente.

‘Fantasía’ es para mí uno de sus más grandes temas y como vocalista es un claro exponente de la más pura estirpe de los intérpretes clásicos que se remontan a los cantos de vaquerías de la región del Cesar, Magdalena, Bolívar y Sucre.

En cuanto a su vida personal, hay una gran diferencia en el tratamiento que le damos en la costa al que se le da en el interior. Porque para sus coterráneos, Diomedes es un hombre sencillo, sano y hasta ingenuo, pero no siempre ha contado con la mejor suerte y para nosotros prima más la solidaridad y el factor humano que ciertos hechos.

Félix Carrillo, investigador musical.

Diomedes Díaz es un artista natural, empírico, que entre las sabanas, el ganado y la naturaleza nació su inspiración y que se fue desarrollando a través del tiempo, cuando tuvo la oportunidad de escuchar en Valledupar un acordeón.

Él viene del campo, es un cantor campesino y cada vez que canta el pueblo se siente reflejado en él. En sus venas lleva el código de la décima y la mejor expresión española que combina con su ancestro indígena y negro. Él es un típico representante de la música triétnica.

Es un gran recreador del color de nuestra aldea vallenata, de nuestra tierra. Y es una persona buena y sana, pero sus complicaciones personales y las malas compañías se interpusieron en su camino y lo llevaron por otros derroteros.

Diomedes es nuestro Elvis Preley. Es más corazón que razón y estoy convencido que es superior a Shakira, Juanes y Carlos Vives. Nadie se parece más al pueblo que Diomedes Díaz.

Pero también creo que es un diamante que cayó en manos de malos talladores que le han refundido su vida. En todo caso nadie dice que sea un santo, pero ya pagó su pena.

Pero Diomedes tiene un dolor contra sí mismo porque tuvo todo en sus manos y lo desbarató.

Orlando Montenegro, periodista.

Independientemente de sus reticencias personales, como artista es un lírico de la interpretación y la composición vallenatas. Sus canciones han determinado un hito en la historia del vallenato.

A mí, sobre todo, me gusta mucho el Diomedes de los primeros tiempos, el de ‘Me dejó el avión’, el que producía unos giros de voz únicos que ahora han quedado en la voz de su hijo Rafael Santos.

Sus letras, por otro lado, son romanticonas, inmediatistas y urbanas.

DISCOGRAFIA

- ‘Al final del sendero’.

- ‘Amarte más no puedo’.

- ‘Bonita’.

- ‘Buenas tardes’.

- ‘Déjala’.

- ‘Enséñame cómo te olvido’.

- ‘La reina’.

- ‘La suerte está echada’.

- ‘Me deja el avión’.

- ‘Mi primera cana’.

- ‘Mi muchacho’.

- ‘Por qué razón’.

- ‘Sin medir distancias’.

- ‘Todo es para ti’.

- ‘Ven conmigo’.

- ‘Volvamos’.

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Diomedes - El Fin de un Idolo o No - Por Diario El Pais

Fuente: Diario El Pais | Fecha: 2005-05-16 | Visitas: 3241

Diomedes - El Fin de un Idolo o No - Por Diario El Pais

Diomedes ¿El Fin de un Idolo?


El Cacique de la Junta suplica que la gente pase la hoja negra de su vida. Quienes lo conocen dicen que cayó en manos de “malos talladores” y que ahora tiene rabia contra sí mismo. Amigos y analistas del vallenato exaltan su arte y lamentan su personalidad.

Diomedes Díaz Maestre ya no puede ni con su alma. El síndrome de Guillain Barré, trastorno neurológico en el que el sistema inmunológico ataca una parte del sistema nervioso periférico, lo tiene poseído.

Eso es lo que se comenta desde La Guajira hasta las sabanas del Cesar.

Quienes asistieron a su reciente concierto durante el Festival de la Leyenda Vallenata, en Valledupar, se encontraron con un hombre que no es ni sombra del ídolo que despidieron hace ocho años.

Aterrada, media fanaticada prefirió retirarse del Coliseo del Parque de la Leyenda Consuelo Araújonoguera para no contemplar más el rostro alterado, la voz apagada y el cuerpo disminuido de quien por casi 30 años ha interpretado como nadie, según dicen los que saben, los sentimientos del raso pueblo vallenato.

Hijo de campesinos, Diomedes llegó al mundo el 26 de mayo de 1957 en la finca El Carrizal, ubicada en La Junta, muy cerca al Cerro del Higuerón, allá en La Guajira.

Aunque no aprendió a tocar acordeón, empezó a llamar la atención y a despertar envidias por cuenta de sus inesperadas apariciones en cuanta parranda se organizaba en La Junta.

Consciente del potencial que tenía entre manos, su tío Martín Maestre, celebridad de la composición vallenata, se dedicó a pulir la interpretación y capacidad creativa de su “gallito”.

En el Festival Vallenato de 1976 logró el tercer lugar de la canción inédita con el tema ‘Hijo agradecido’. Al cabo de pocos años Diomedes cosechó 22 discos de oro, 23 de platino, 13 doble platino y 3 quíntuple platino.

Pero la fama, el dinero y los placeres devoraron al Cacique de la Junta y de las cumbres del éxito rodó cuesta abajo. En 1997, Diomedes resultó implicado en la muerte de su amiga Doris Adriana Niño, ocurrida en un apartamento al norte de Bogotá.

Luego de pagar una condena de cerca de dos años, huye de la justicia cuando se le retira el beneficio de detención domiciliaria. Para esa época, Diomedes tenía pendiente una condena de 37 meses, fallada en segunda instancia por el Tribunal Superior de Bogotá, que redujo una sentencia inicial a doce años.

Cuando ese mismo Tribunal redujo aún más la condena al considerar que el homicidio había sido culposo o accidental, Diomedes se entregó a las autoridades, en septiembre de 2002.

Libre, hace algo más de un año, Diomedes busca una segunda oportunidad sobre la tierra.

Pascual Gaviria, columnista. Diomedes Díaz, como todos los ídolos del mundo, hace parte de una órbita sobrenatural. Cuando él estuvo como prófugo de la justicia, recorría esos desiertos entre Valledupar y La Guajira metido en una de esas camionetas como todo un forajido, llegaba a los pueblos cantaba unas canciones y luego se perdía dejando una estela de polvo. Siempre rodeado de tipos armados y nadie se le podía arrimar.

Además, fue un forajido con copla y acordeón, que después de haber sido acusado y condenado de homicidio, salió de la cárcel y lo recibieron con carro de bomberos y como nunca se vendieron sus discos. Eso es abiertamente escandaloso. Pero eso hace parte de la vida de este tipo de figuras.

Por otra parte, creo que a él no se le puede pedir que se comporte con los modales de la sociedad cuando él fue un hombre que nació y creció en medio de una gente que cambia un chivo por una mujer y el machismo es ley.

Por esta historia, su historia, Diomedes se convirtió un ídolo pero de costumbres campesinas.

Francamente creo que es un hombre en franca decadencia. No creo que la juventud encuentre en Diomedes un ejemplo para imitar.

EL NUMERO

15 millones de copias ha vendido Diomedes Díaz durante su carrera. Es el intérprete que más copias ha producido en Colombia.
Rodolfo Molina Araújo, Presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Diomedes ha sido uno de los cantantes que más éxitos ha tenido en la música vallenata. Es cantautor, tiene un estilo propio y ha sabido interpretar la música de Calixto Ochoa. También ha sabido imprimirle al folclor un estilo muy propio.

Luego de alejarse de los escenarios por cuenta del problema que todos conocemos, ha decidido volver a cantar y a pesar de su enfermedad, ha hecho esfuerzos para mantener su voz y su estilo. Pienso que hay que darle una oportunidad porque quiere reivindicarse con su fanaticada.

Tuve la ocasión de hablar con él y le noté una emoción muy grande y le pide a todos que no miren su pasado, que pasen esa hoja amarga, que quiere pensar hacia el futuro y es claro que quiere corregir esos desaciertos.

Orlando Galeano, compositor.

Diomedes Díaz es el cantor más auténtico que tiene actualmente el vallenato.

Entre el pueblo amante del vallenato y él hay una extraordinaria identificación. Como nadie, Diomedes relata la vida cotidiana de la gente.

‘Fantasía’ es para mí uno de sus más grandes temas y como vocalista es un claro exponente de la más pura estirpe de los intérpretes clásicos que se remontan a los cantos de vaquerías de la región del Cesar, Magdalena, Bolívar y Sucre.

En cuanto a su vida personal, hay una gran diferencia en el tratamiento que le damos en la costa al que se le da en el interior. Porque para sus coterráneos, Diomedes es un hombre sencillo, sano y hasta ingenuo, pero no siempre ha contado con la mejor suerte y para nosotros prima más la solidaridad y el factor humano que ciertos hechos.

Félix Carrillo, investigador musical.

Diomedes Díaz es un artista natural, empírico, que entre las sabanas, el ganado y la naturaleza nació su inspiración y que se fue desarrollando a través del tiempo, cuando tuvo la oportunidad de escuchar en Valledupar un acordeón.

Él viene del campo, es un cantor campesino y cada vez que canta el pueblo se siente reflejado en él. En sus venas lleva el código de la décima y la mejor expresión española que combina con su ancestro indígena y negro. Él es un típico representante de la música triétnica.

Es un gran recreador del color de nuestra aldea vallenata, de nuestra tierra. Y es una persona buena y sana, pero sus complicaciones personales y las malas compañías se interpusieron en su camino y lo llevaron por otros derroteros.

Diomedes es nuestro Elvis Preley. Es más corazón que razón y estoy convencido que es superior a Shakira, Juanes y Carlos Vives. Nadie se parece más al pueblo que Diomedes Díaz.

Pero también creo que es un diamante que cayó en manos de malos talladores que le han refundido su vida. En todo caso nadie dice que sea un santo, pero ya pagó su pena.

Pero Diomedes tiene un dolor contra sí mismo porque tuvo todo en sus manos y lo desbarató.

Orlando Montenegro, periodista.

Independientemente de sus reticencias personales, como artista es un lírico de la interpretación y la composición vallenatas. Sus canciones han determinado un hito en la historia del vallenato.

A mí, sobre todo, me gusta mucho el Diomedes de los primeros tiempos, el de ‘Me dejó el avión’, el que producía unos giros de voz únicos que ahora han quedado en la voz de su hijo Rafael Santos.

Sus letras, por otro lado, son romanticonas, inmediatistas y urbanas.

DISCOGRAFIA

- ‘Al final del sendero’.

- ‘Amarte más no puedo’.

- ‘Bonita’.

- ‘Buenas tardes’.

- ‘Déjala’.

- ‘Enséñame cómo te olvido’.

- ‘La reina’.

- ‘La suerte está echada’.

- ‘Me deja el avión’.

- ‘Mi primera cana’.

- ‘Mi muchacho’.

- ‘Por qué razón’.

- ‘Sin medir distancias’.

- ‘Todo es para ti’.

- ‘Ven conmigo’.

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