Después de institucionalizado un quinto aire reglamentario por el Festival “Cuna de Acordeones” e interpretado obligatoriamente por todos los acordeoneros participantes, con excepción de la categoría “Primaveras del ayer” cuyo indiscutible “Rey” fue NAFFER DURAN; el pueblo sintió oxigenado su Festival porque precisamente estas fueron las canciones más conocidas y coreadas por el público villanuevero quien al momento del llamado “puente”, es decir, una de las oportunidades de improvisación que tienen los acordeoneros y que se da entre estrofa y estrofa de las canciones, seguíamos con mucha atención las notas que fluían de los acordeones auscultando al detalle sus melódicos sonidos, para después terminar nuestro propio silencio con aplausos en señal de aprobación de lo escuchado. Como es apenas normal unos concursantes fueron más aplaudidos que otros.

El quinto aire reglamentario en Villanueva fue interpretado como sus defensores esperaban, de allí la satisfacción de los organizadores del Festival, el acordeón fue ejecutado a una revolución o velocidad sustancialmente menor que las del “paseo clásico”, los bajos pasaron por un momento a un segundo plano sin desaparecer del todo, los participantes improvisaron notas musicales más dóciles, más dulces y el acordeón vallenato también transmitió el romanticismo que predican las letras de estas canciones. A diferencia de lo que esperaron sus detractores se interpretaron clásicos vallenatos como “el cobarde de mi pueblo” (Adanies Díaz), “Ausencia” (Jorge Oñate), “Lo volviste hacer” (Binomio de Oro), entre otras, de allí se colige el porqué ha habido silencio o, peor aún, tergiversaciones de quienes disienten de la idea y hasta dudan de nuestra sensatez y juicio. En la Tarima de Villanueva se dio un hecho histórico pues se abrió el espacio en el concurso de acordeoneros para un quinto aire reglamentario, como bien se explicó en la promoción del Festival; no obstante, la “Romanza” sigue siendo un paseo lento al cual no se le puede tener como inexistente ni tampoco como “un quinto aire del vallenato” simplemente es “un quinto aire reglamentario”. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, un quinto aire en el concurso de acordeoneros no implica, por ahora, solo la historia lo dirá, que exista un quinto aire en la música vallenata. Desafortunadamente los medios de comunicación se han encargado de desinformar y de exacerbar una rivalidad entre los dos mejores Festivales vallenatos, ambos ahora, patrimonios culturales y artísticos de la nación, por ello la pertinencia de este escrito.

Nosotros en la “Cuna” continuaremos con el quinto aire reglamentario y, para tortura de muchos, hay rumores que a otros Festivales “les sonó la flauta” y lo quieren implementar. El debate se llevó a una tarima y dejó sus resultados satisfactorios, esto no será el fin de los Festivales como algunos fatalistas lo han calificado, simplemente no podemos ir en contra de la corriente que nos arrastró hace mucho tiempo; hoy se cantan “Romanzas vallenatas” por todas partes en el mundo y ahora en los Festivales tienen su espacio en el concurso de acordeoneros. Contrario a lo que muchos piensan esta también es una forma de conservar el “paseo” auténtico.

REFLEXIÓN: Alguien dijo sabiamente que en Córdoba y Sucre cuando hay debates entre ganaderos terminan concluyendo que sabe más el que “demuestre que lo parió una vaca”; por ello, en el campo de la música vallenata es valido decir: el que crea saber más que demuestre que lo parió un “acordeón”, que tiene una tía “caja” y una madrina “guacharaca”. ¿Quién se atreve?

Después de institucionalizado un quinto aire reglamentario por el Festival “Cuna de Acordeones” e interpretado obligatoriamente por todos los acordeoneros participantes, con excepción de la categoría “Primaveras del ayer” cuyo indiscutible “Rey” fue NAFFER DURAN; el pueblo sintió oxigenado su Festival porque precisamente estas fueron las canciones más conocidas y coreadas por el público villanuevero quien al momento del llamado “puente”, es decir, una de las oportunidades de improvisación que tienen los acordeoneros y que se da entre estrofa y estrofa de las canciones, seguíamos con mucha atención las notas que fluían de los acordeones auscultando al detalle sus melódicos sonidos, para después terminar nuestro propio silencio con aplausos en señal de aprobación de lo escuchado. Como es apenas normal unos concursantes fueron más aplaudidos que otros.

El quinto aire reglamentario en Villanueva fue interpretado como sus defensores esperaban, de allí la satisfacción de los organizadores del Festival, el acordeón fue ejecutado a una revolución o velocidad sustancialmente menor que las del “paseo clásico”, los bajos pasaron por un momento a un segundo plano sin desaparecer del todo, los participantes improvisaron notas musicales más dóciles, más dulces y el acordeón vallenato también transmitió el romanticismo que predican las letras de estas canciones. A diferencia de lo que esperaron sus detractores se interpretaron clásicos vallenatos como “el cobarde de mi pueblo” (Adanies Díaz), “Ausencia” (Jorge Oñate), “Lo volviste hacer” (Binomio de Oro), entre otras, de allí se colige el porqué ha habido silencio o, peor aún, tergiversaciones de quienes disienten de la idea y hasta dudan de nuestra sensatez y juicio. En la Tarima de Villanueva se dio un hecho histórico pues se abrió el espacio en el concurso de acordeoneros para un quinto aire reglamentario, como bien se explicó en la promoción del Festival; no obstante, la “Romanza” sigue siendo un paseo lento al cual no se le puede tener como inexistente ni tampoco como “un quinto aire del vallenato” simplemente es “un quinto aire reglamentario”. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, un quinto aire en el concurso de acordeoneros no implica, por ahora, solo la historia lo dirá, que exista un quinto aire en la música vallenata. Desafortunadamente los medios de comunicación se han encargado de desinformar y de exacerbar una rivalidad entre los dos mejores Festivales vallenatos, ambos ahora, patrimonios culturales y artísticos de la nación, por ello la pertinencia de este escrito.

Nosotros en la “Cuna” continuaremos con el quinto aire reglamentario y, para tortura de muchos, hay rumores que a otros Festivales “les sonó la flauta” y lo quieren implementar. El debate se llevó a una tarima y dejó sus resultados satisfactorios, esto no será el fin de los Festivales como algunos fatalistas lo han calificado, simplemente no podemos ir en contra de la corriente que nos arrastró hace mucho tiempo; hoy se cantan “Romanzas vallenatas” por todas partes en el mundo y ahora en los Festivales tienen su espacio en el concurso de acordeoneros. Contrario a lo que muchos piensan esta también es una forma de conservar el “paseo” auténtico.

REFLEXIÓN: Alguien dijo sabiamente que en Córdoba y Sucre cuando hay debates entre ganaderos terminan concluyendo que sabe más el que “demuestre que lo parió una vaca”; por ello, en el campo de la música vallenata es valido decir: el que crea saber más que demuestre que lo parió un “acordeón”, que tiene una tía “caja” y una madrina “guacharaca”. ¿Quién se atreve?