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El maestro Rafael Escalona afirma que quiere a la que lo quiera

Fuente: El Tiempo | Fecha: 2004-06-19 | Visitas: 18832

Le ha sobrado inspiración para componerles no solo a sus enamoradas sino también a sus hijas, sus comadres y hasta las cantantes de moda.

El amor ha sido uno de los temas pilares en la inspiración del llamado mester de juglaría u oficio de juglares, y Escalona, juglar vallenato por excelencia, hace honor a esa tradición de siglos.

En 1938, cuando el niño de once años Rafaelito Calixto Escalona compuso su primer poema, no fue a un barco, a un juguete o a un oficio soñado. Fue a una muchacha que se llamaba Rosa Elvira y le doblaba la estatura. . . y la edad.

Las estrellas no iluminan
porque tienen nubarrón;
date cuenta Rosa Elvira
de este pobre corazón.


En 1943, cuando compone su segundo canto, la musa no es una mujer sino un automóvil, “El carro Ford”. Pero al lado del carro asoma el alma de una mujer a la que el compositor se dirige:

Ay, que yo te enseño y tú me lo manejas
cuando me dé sueño por la carretera.


Curiosamente, y a diferencia de la mayoría de sus cantos de amor que mencionan con nombre propio a las protagonistas, en este caso el autor usa la metáfora de la paloma para referirse a la cortejada.

Yo no sé por qué se espanta
esa paloma mensajera.
Te voy a poné una trampa
para que caigas en ella.


Otras dos jóvenes conmueven por la misma época al joven compositor y a cada una de ellas le compuso su canción: 'El copete y La Flor de La Guajira'.

Cantos para la Maye


La gran inspiradora de sus cantos de amor fue su novia juvenil y primera esposa, Marina Arzuaga, más conocida como la 'Maye'.

En 1947 le compone La despedida, cuando, siendo estudiante, Escalona se va de Valledupar a seguir estudios en el Liceo Celedón de Santa Marta.

No llores, mi Maye, no llores más
que a mí me duele verte llorar.


Un año más tarde le escribe 'La creciente del Cesar', y en 1953, 'Los celos de Maye', un canto donde narra de qué modo lo cela con todas las mujeres:

Lo que voy a contar ahora
van a decir que es locura:
porque saludé a una monja
me dijo: “Metete a cura”.


'El regalito', 'El Medallón', 'La golondrina' y 'Honda herida' fueron inspiración de “la monita de ojos verdes”, natural de San Juan y otra musa fundamental en la discografía del autor patillalero. Es una de las obras cumbres de Escalona:

Que yo tengo una herida muy honda que me duele,
que yo tengo una herida muy honda que me mata:
un hombre así mejor se muere
ay, para ver si así descansa.


Para rematar los celos de la Maye, en 1951 compuso 'El hombre casado', especie de manifiesto sobre su nuevo estado civil, donde deja claro su criterio al respecto:

Enamorá si se ofrece
a la que se me atraviese
Y amanecé por la calle
aunque se ofenda la Maye.
Y parranda cuando quiera
en mi casa y fuera de ella


El instante crítico de los celos surge en 1957 con 'La Brasilera', merengue que narra el amor del maestro por Piedad Dos Santos, sobrina del embajador brasileño, por quien Escalona estaba dispuesto a quemar la frontera con Brasil.

El drama conyugal solo se superó cuando el músico le hizo a su esposa 'La resentida'.

Por causa de la brasilera,
que no ha sido culpa mía,
la Maye está resentida
y yo apenado con ella.


Otras musas

Un nuevo matrimonio con Dina Luz Cuadrado renovó la inspiración amorosa de Escalona; en 1973 le compuso el merengue' Dina Luz' que, con 'Mariposa bonita' y 'El arco Iris', completa la trilogía para ella, hermana del acordeonero de Carlos Vives, Egidio Cuadrado.

Sus hijas Ada Luz y Rosamaría inspiraron desde la cuna dos de sus obras más célebres, 'La casa en el aire' y 'El manantial'.

La crónica de lo que ocurría a su alrededor lo llevó a nombrar en sus cantos a otras mujeres con las cuales no tuvo relación romántica alguna: Carmen Gómez, La vieja Sara y Juana Arias, más conocida como 'La patillalera'. No fue una excepción su admirada cantante española Paloma San Basilio.

En uno de sus más clásico paseos, 'El Mejoral', Escalona deja plasmada su filosofía ante el llamado sexo débil, que tantas alegrías, penas y éxitos musicales le ha dado:

En asuntos de mujeres
tengo una ley muy bien aprendida
yo quiero a la que me quiere
y olvido a la que me olvida.

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El maestro Rafael Escalona afirma que quiere a la que lo quiera

Fuente: El Tiempo | Fecha: 2004-06-19 | Visitas: 18832

El maestro Rafael Escalona afirma que quiere a la que lo quiera

Le ha sobrado inspiración para componerles no solo a sus enamoradas sino también a sus hijas, sus comadres y hasta las cantantes de moda.

El amor ha sido uno de los temas pilares en la inspiración del llamado mester de juglaría u oficio de juglares, y Escalona, juglar vallenato por excelencia, hace honor a esa tradición de siglos.

En 1938, cuando el niño de once años Rafaelito Calixto Escalona compuso su primer poema, no fue a un barco, a un juguete o a un oficio soñado. Fue a una muchacha que se llamaba Rosa Elvira y le doblaba la estatura. . . y la edad.

Las estrellas no iluminan
porque tienen nubarrón;
date cuenta Rosa Elvira
de este pobre corazón.


En 1943, cuando compone su segundo canto, la musa no es una mujer sino un automóvil, “El carro Ford”. Pero al lado del carro asoma el alma de una mujer a la que el compositor se dirige:

Ay, que yo te enseño y tú me lo manejas
cuando me dé sueño por la carretera.


Curiosamente, y a diferencia de la mayoría de sus cantos de amor que mencionan con nombre propio a las protagonistas, en este caso el autor usa la metáfora de la paloma para referirse a la cortejada.

Yo no sé por qué se espanta
esa paloma mensajera.
Te voy a poné una trampa
para que caigas en ella.


Otras dos jóvenes conmueven por la misma época al joven compositor y a cada una de ellas le compuso su canción: 'El copete y La Flor de La Guajira'.

Cantos para la Maye


La gran inspiradora de sus cantos de amor fue su novia juvenil y primera esposa, Marina Arzuaga, más conocida como la 'Maye'.

En 1947 le compone La despedida, cuando, siendo estudiante, Escalona se va de Valledupar a seguir estudios en el Liceo Celedón de Santa Marta.

No llores, mi Maye, no llores más
que a mí me duele verte llorar.


Un año más tarde le escribe 'La creciente del Cesar', y en 1953, 'Los celos de Maye', un canto donde narra de qué modo lo cela con todas las mujeres:

Lo que voy a contar ahora
van a decir que es locura:
porque saludé a una monja
me dijo: “Metete a cura”.


'El regalito', 'El Medallón', 'La golondrina' y 'Honda herida' fueron inspiración de “la monita de ojos verdes”, natural de San Juan y otra musa fundamental en la discografía del autor patillalero. Es una de las obras cumbres de Escalona:

Que yo tengo una herida muy honda que me duele,
que yo tengo una herida muy honda que me mata:
un hombre así mejor se muere
ay, para ver si así descansa.


Para rematar los celos de la Maye, en 1951 compuso 'El hombre casado', especie de manifiesto sobre su nuevo estado civil, donde deja claro su criterio al respecto:

Enamorá si se ofrece
a la que se me atraviese
Y amanecé por la calle
aunque se ofenda la Maye.
Y parranda cuando quiera
en mi casa y fuera de ella


El instante crítico de los celos surge en 1957 con 'La Brasilera', merengue que narra el amor del maestro por Piedad Dos Santos, sobrina del embajador brasileño, por quien Escalona estaba dispuesto a quemar la frontera con Brasil.

El drama conyugal solo se superó cuando el músico le hizo a su esposa 'La resentida'.

Por causa de la brasilera,
que no ha sido culpa mía,
la Maye está resentida
y yo apenado con ella.


Otras musas

Un nuevo matrimonio con Dina Luz Cuadrado renovó la inspiración amorosa de Escalona; en 1973 le compuso el merengue' Dina Luz' que, con 'Mariposa bonita' y 'El arco Iris', completa la trilogía para ella, hermana del acordeonero de Carlos Vives, Egidio Cuadrado.

Sus hijas Ada Luz y Rosamaría inspiraron desde la cuna dos de sus obras más célebres, 'La casa en el aire' y 'El manantial'.

La crónica de lo que ocurría a su alrededor lo llevó a nombrar en sus cantos a otras mujeres con las cuales no tuvo relación romántica alguna: Carmen Gómez, La vieja Sara y Juana Arias, más conocida como 'La patillalera'. No fue una excepción su admirada cantante española Paloma San Basilio.

En uno de sus más clásico paseos, 'El Mejoral', Escalona deja plasmada su filosofía ante el llamado sexo débil, que tantas alegrías, penas y éxitos musicales le ha dado:

En asuntos de mujeres
tengo una ley muy bien aprendida
yo quiero a la que me quiere
y olvido a la que me olvida.

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El maestro Rafael Escalona afirma que quiere a la que lo quiera

Le ha sobrado inspiración para componerles no solo a sus enamoradas sino también a sus hijas, sus comadres y hasta las cantantes de moda.

El amor ha sido uno de los temas pilares en la inspiración del llamado mester de juglaría u oficio de juglares, y Escalona, juglar vallenato por excelencia, hace honor a esa tradición de siglos.

En 1938, cuando el niño de once años Rafaelito Calixto Escalona compuso su primer poema, no fue a un barco, a un juguete o a un oficio soñado. Fue a una muchacha que se llamaba Rosa Elvira y le doblaba la estatura. . . y la edad.

Las estrellas no iluminan
porque tienen nubarrón;
date cuenta Rosa Elvira
de este pobre corazón.


En 1943, cuando compone su segundo canto, la musa no es una mujer sino un automóvil, “El carro Ford”. Pero al lado del carro asoma el alma de una mujer a la que el compositor se dirige:

Ay, que yo te enseño y tú me lo manejas
cuando me dé sueño por la carretera.


Curiosamente, y a diferencia de la mayoría de sus cantos de amor que mencionan con nombre propio a las protagonistas, en este caso el autor usa la metáfora de la paloma para referirse a la cortejada.

Yo no sé por qué se espanta
esa paloma mensajera.
Te voy a poné una trampa
para que caigas en ella.


Otras dos jóvenes conmueven por la misma época al joven compositor y a cada una de ellas le compuso su canción: 'El copete y La Flor de La Guajira'.

Cantos para la Maye


La gran inspiradora de sus cantos de amor fue su novia juvenil y primera esposa, Marina Arzuaga, más conocida como la 'Maye'.

En 1947 le compone La despedida, cuando, siendo estudiante, Escalona se va de Valledupar a seguir estudios en el Liceo Celedón de Santa Marta.

No llores, mi Maye, no llores más
que a mí me duele verte llorar.


Un año más tarde le escribe 'La creciente del Cesar', y en 1953, 'Los celos de Maye', un canto donde narra de qué modo lo cela con todas las mujeres:

Lo que voy a contar ahora
van a decir que es locura:
porque saludé a una monja
me dijo: “Metete a cura”.


'El regalito', 'El Medallón', 'La golondrina' y 'Honda herida' fueron inspiración de “la monita de ojos verdes”, natural de San Juan y otra musa fundamental en la discografía del autor patillalero. Es una de las obras cumbres de Escalona:

Que yo tengo una herida muy honda que me duele,
que yo tengo una herida muy honda que me mata:
un hombre así mejor se muere
ay, para ver si así descansa.


Para rematar los celos de la Maye, en 1951 compuso 'El hombre casado', especie de manifiesto sobre su nuevo estado civil, donde deja claro su criterio al respecto:

Enamorá si se ofrece
a la que se me atraviese
Y amanecé por la calle
aunque se ofenda la Maye.
Y parranda cuando quiera
en mi casa y fuera de ella


El instante crítico de los celos surge en 1957 con 'La Brasilera', merengue que narra el amor del maestro por Piedad Dos Santos, sobrina del embajador brasileño, por quien Escalona estaba dispuesto a quemar la frontera con Brasil.

El drama conyugal solo se superó cuando el músico le hizo a su esposa 'La resentida'.

Por causa de la brasilera,
que no ha sido culpa mía,
la Maye está resentida
y yo apenado con ella.


Otras musas

Un nuevo matrimonio con Dina Luz Cuadrado renovó la inspiración amorosa de Escalona; en 1973 le compuso el merengue' Dina Luz' que, con 'Mariposa bonita' y 'El arco Iris', completa la trilogía para ella, hermana del acordeonero de Carlos Vives, Egidio Cuadrado.

Sus hijas Ada Luz y Rosamaría inspiraron desde la cuna dos de sus obras más célebres, 'La casa en el aire' y 'El manantial'.

La crónica de lo que ocurría a su alrededor lo llevó a nombrar en sus cantos a otras mujeres con las cuales no tuvo relación romántica alguna: Carmen Gómez, La vieja Sara y Juana Arias, más conocida como 'La patillalera'. No fue una excepción su admirada cantante española Paloma San Basilio.

En uno de sus más clásico paseos, 'El Mejoral', Escalona deja plasmada su filosofía ante el llamado sexo débil, que tantas alegrías, penas y éxitos musicales le ha dado:

En asuntos de mujeres
tengo una ley muy bien aprendida
yo quiero a la que me quiere
y olvido a la que me olvida.

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