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Se acerca el Festival (I capítulo): La barra del cachaco

Fuente: Liliana Martínez Polo - El Tiempo | Fecha: 2006-04-25 | Visitas: 4949

El sábado pasado, cuatro días antes de que comenzara la fiesta, encontré las siguientes historias en Valledupar.
El aeropuerto todavía no estaba engalanado con el conjunto típico que se encarga de recibir a los viajeros. Sin embargo, ya llegaban músicos, como ‘El cachaco’ Beto Jamaica, que ocupó el cuarto lugar el año pasado, con equipaje de cuatro acordeones.

Mientras esperaba el equipaje me contó que el Festival casi se le cruza con una gira de Otto Serge. Si hubiera sido así, habría tenido que pedirle a un amigo que lo cubriera. “No cambio mi festival ni por un viaje a Estados Unidos –dijo-. Porque es un trabajo de años que vengo haciendo. Porque llevo el año entero preparándome”.

Esta vez viene más animado. En la tarima lo van a acompañar un par de músicos tradicionales, ya expertos en acompañar aspirantes a rey vallenato, conocidos como ‘Los gordos’, el cajero es Wilson Rodríguez, que viene acompañado de un pequeñín que no pasa de los dos años al que le augura futuro en la música.

“En mi casa ensayan varios aspirantes –cuenta-. Tengo tres juveniles, dos aficionados y cuatro infantiles.

Jamaica resalta que Rodríguez fue elegido el mejor cajero del Festival el año pasado.
Rodríguez invita a conocer su casa, en el barrio San Joaquín. En el patio trasero, junto a varios palos de mango, descansan en las hamacas algunos músicos que están bajo su tutela.

Uno de ellos es el aspirante a rey aficionado, Javier Morales, que llegó después de un viaje de seis horas por tierra desde Sahagún (Córdoba). No tiene más de 20 años, pero se ha presentado ya cuatro veces. Y su preparación consiste en mantener el acordeón caliente a punta de concursar y concursar y concursar en Festaivales como los de su pueblo y los de Sincelejo y Cobeñas.

“La diferencia es que allá se compite en aires sabaneros –cuenta Morales-. Se compite en porro, cumbia merengue y paseo. Tiene sus cambios, pero uno se cría oyéndolos todos”.
Avisa que vino temprano para ensayar más tranquilo, lo acompañara su guacharaquero, José David Flórez, de 14 años (aunque parece de menos). Con quien siempre ha ido a todos los festivales.

“El colegio no tiene problema –explica Flórez-, porque ensayamos por las tardes y los festivales son los fines de semana”.

Otro músico presente es Freddy Peralta, el cantante que grabó con Los Hermanos López después de que se fue Jorge Oñate. También participará en el Festival, se va a presentar en el concurso de canción inédita, con el son De fama mundial. Ha estado acompañando los ensayos de los jóvenes mientras espera la llegada de un cantante que le va a hacer la segunda voz. También espera a Jamaica, porque a pesar de que tendrá que concentrarse en la competencia por el reinado más importante, lo va a acompañar con el acordeón.

Y llega el otro cantante. Juntos escuchan la grabación de la canción inscrita y empiezan a ensayar dónde suben y dónde bajan la voz. Se ponen de acuerdo en las señas que se harán en tarima por si la voz del cantante principal se cansa, entonces, el segundo lo va a auxiliar.
Wilson es el anfitrión de todos y es quien, a veces sugiere un cantante o un cajero o un guacharaquero para que acompañe a algún concursante.

Este año su camino está definido: junto con el guacharaquero José Rodríguez, esta vez lo van a dar todo en la tarima por Jamaica. Así como el año pasado se desvivieron por Ever Paternina, otro aspirante a rey vallenato, que llegó a la final.

Como ellos hay otras parejas de músicos: El ‘Ñeco’ y Memo, que estarán con Sergio Luis Rodríguez; ‘El Ñame’ y ‘El Manón’, que venían con un récord de cinco coronas seguidas hasta el año pasado, cuando acompañaron a Némer Tetay, uno de los favoritos del año pasado, que llegó a la final, pero no al trono, que fue para Juan José Granados.

“Lo que pasó con Tetay el año pasado –explica Wilson Rodríguez- con halo de conocedor, es que se le salen toques comerciales. Y por más tradicionales que fueron el ‘Ñame’ y el ‘Manón’, no dio”.

Entonces se habla de las tarifas. Paternina le había propuesto a Wilson que volviera a presentarse con él. Le ofreció dos millones de pesos. Pero Jamaica ofreció más. Otro acordeonero no quiso pagarle tanto y se fue a buscar al ‘Ñame’ y el ‘Manon’ que le cobraron cinco. ¿Uno por cada rey coronado?

Durante las conversaciones hay otra persona que ha estado opinando. Es Henry Arciniegas. “¿Yo? Yo también soy compositor –dice-. Pero estoy aquí en calidad de jefe del comité de barras de Jamaica”.

Le fue diciendo a su jefe que no lo espere a trabajar esta semana, porque está encargado de ayudar a fijar los afiches de Jamaica, de agrupar la gente para entregarles camisetas (dice que se mandaron a hacer unas 400).

Explica que lo da y lo dará todo por ‘El cachaco’ hasta que gane (no importa cuantas veces más tenga que presentarse). Porque “ese cachaco sí que toca bonito”, por eso, no importa que sea bogotano y que Arciniegas venga de La Guajira. No importa que el pueblo vallenato sea celoso. “El cachaco ganará algún día”, dice y se nota que le sale del alma. “Eso será como cuando Vanessa Mendoza se ganó el reinado de Señorita Colombia. Toda una revolución”.

De despedida, todos interpretan una canción. En la foto están: Wilson Rodríguez, Javier Morales, José David Flórez y Freddy Peralta.

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Se acerca el Festival (I capítulo): La barra del cachaco

Fuente: Liliana Martínez Polo - El Tiempo | Fecha: 2006-04-25 | Visitas: 4949

Se acerca el Festival (I capítulo): La barra del cachaco

El sábado pasado, cuatro días antes de que comenzara la fiesta, encontré las siguientes historias en Valledupar.
El aeropuerto todavía no estaba engalanado con el conjunto típico que se encarga de recibir a los viajeros. Sin embargo, ya llegaban músicos, como ‘El cachaco’ Beto Jamaica, que ocupó el cuarto lugar el año pasado, con equipaje de cuatro acordeones.

Mientras esperaba el equipaje me contó que el Festival casi se le cruza con una gira de Otto Serge. Si hubiera sido así, habría tenido que pedirle a un amigo que lo cubriera. “No cambio mi festival ni por un viaje a Estados Unidos –dijo-. Porque es un trabajo de años que vengo haciendo. Porque llevo el año entero preparándome”.

Esta vez viene más animado. En la tarima lo van a acompañar un par de músicos tradicionales, ya expertos en acompañar aspirantes a rey vallenato, conocidos como ‘Los gordos’, el cajero es Wilson Rodríguez, que viene acompañado de un pequeñín que no pasa de los dos años al que le augura futuro en la música.

“En mi casa ensayan varios aspirantes –cuenta-. Tengo tres juveniles, dos aficionados y cuatro infantiles.

Jamaica resalta que Rodríguez fue elegido el mejor cajero del Festival el año pasado.
Rodríguez invita a conocer su casa, en el barrio San Joaquín. En el patio trasero, junto a varios palos de mango, descansan en las hamacas algunos músicos que están bajo su tutela.

Uno de ellos es el aspirante a rey aficionado, Javier Morales, que llegó después de un viaje de seis horas por tierra desde Sahagún (Córdoba). No tiene más de 20 años, pero se ha presentado ya cuatro veces. Y su preparación consiste en mantener el acordeón caliente a punta de concursar y concursar y concursar en Festaivales como los de su pueblo y los de Sincelejo y Cobeñas.

“La diferencia es que allá se compite en aires sabaneros –cuenta Morales-. Se compite en porro, cumbia merengue y paseo. Tiene sus cambios, pero uno se cría oyéndolos todos”.
Avisa que vino temprano para ensayar más tranquilo, lo acompañara su guacharaquero, José David Flórez, de 14 años (aunque parece de menos). Con quien siempre ha ido a todos los festivales.

“El colegio no tiene problema –explica Flórez-, porque ensayamos por las tardes y los festivales son los fines de semana”.

Otro músico presente es Freddy Peralta, el cantante que grabó con Los Hermanos López después de que se fue Jorge Oñate. También participará en el Festival, se va a presentar en el concurso de canción inédita, con el son De fama mundial. Ha estado acompañando los ensayos de los jóvenes mientras espera la llegada de un cantante que le va a hacer la segunda voz. También espera a Jamaica, porque a pesar de que tendrá que concentrarse en la competencia por el reinado más importante, lo va a acompañar con el acordeón.

Y llega el otro cantante. Juntos escuchan la grabación de la canción inscrita y empiezan a ensayar dónde suben y dónde bajan la voz. Se ponen de acuerdo en las señas que se harán en tarima por si la voz del cantante principal se cansa, entonces, el segundo lo va a auxiliar.
Wilson es el anfitrión de todos y es quien, a veces sugiere un cantante o un cajero o un guacharaquero para que acompañe a algún concursante.

Este año su camino está definido: junto con el guacharaquero José Rodríguez, esta vez lo van a dar todo en la tarima por Jamaica. Así como el año pasado se desvivieron por Ever Paternina, otro aspirante a rey vallenato, que llegó a la final.

Como ellos hay otras parejas de músicos: El ‘Ñeco’ y Memo, que estarán con Sergio Luis Rodríguez; ‘El Ñame’ y ‘El Manón’, que venían con un récord de cinco coronas seguidas hasta el año pasado, cuando acompañaron a Némer Tetay, uno de los favoritos del año pasado, que llegó a la final, pero no al trono, que fue para Juan José Granados.

“Lo que pasó con Tetay el año pasado –explica Wilson Rodríguez- con halo de conocedor, es que se le salen toques comerciales. Y por más tradicionales que fueron el ‘Ñame’ y el ‘Manón’, no dio”.

Entonces se habla de las tarifas. Paternina le había propuesto a Wilson que volviera a presentarse con él. Le ofreció dos millones de pesos. Pero Jamaica ofreció más. Otro acordeonero no quiso pagarle tanto y se fue a buscar al ‘Ñame’ y el ‘Manon’ que le cobraron cinco. ¿Uno por cada rey coronado?

Durante las conversaciones hay otra persona que ha estado opinando. Es Henry Arciniegas. “¿Yo? Yo también soy compositor –dice-. Pero estoy aquí en calidad de jefe del comité de barras de Jamaica”.

Le fue diciendo a su jefe que no lo espere a trabajar esta semana, porque está encargado de ayudar a fijar los afiches de Jamaica, de agrupar la gente para entregarles camisetas (dice que se mandaron a hacer unas 400).

Explica que lo da y lo dará todo por ‘El cachaco’ hasta que gane (no importa cuantas veces más tenga que presentarse). Porque “ese cachaco sí que toca bonito”, por eso, no importa que sea bogotano y que Arciniegas venga de La Guajira. No importa que el pueblo vallenato sea celoso. “El cachaco ganará algún día”, dice y se nota que le sale del alma. “Eso será como cuando Vanessa Mendoza se ganó el reinado de Señorita Colombia. Toda una revolución”.

De despedida, todos interpretan una canción. En la foto están: Wilson Rodríguez, Javier Morales, José David Flórez y Freddy Peralta.

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Fuente: Liliana Martínez Polo - El Tiempo | Fecha: 2006-04-25 | Visitas: 4949

Se acerca el Festival (I capítulo): La barra del cachaco

El sábado pasado, cuatro días antes de que comenzara la fiesta, encontré las siguientes historias en Valledupar.
El aeropuerto todavía no estaba engalanado con el conjunto típico que se encarga de recibir a los viajeros. Sin embargo, ya llegaban músicos, como ‘El cachaco’ Beto Jamaica, que ocupó el cuarto lugar el año pasado, con equipaje de cuatro acordeones.

Mientras esperaba el equipaje me contó que el Festival casi se le cruza con una gira de Otto Serge. Si hubiera sido así, habría tenido que pedirle a un amigo que lo cubriera. “No cambio mi festival ni por un viaje a Estados Unidos –dijo-. Porque es un trabajo de años que vengo haciendo. Porque llevo el año entero preparándome”.

Esta vez viene más animado. En la tarima lo van a acompañar un par de músicos tradicionales, ya expertos en acompañar aspirantes a rey vallenato, conocidos como ‘Los gordos’, el cajero es Wilson Rodríguez, que viene acompañado de un pequeñín que no pasa de los dos años al que le augura futuro en la música.

“En mi casa ensayan varios aspirantes –cuenta-. Tengo tres juveniles, dos aficionados y cuatro infantiles.

Jamaica resalta que Rodríguez fue elegido el mejor cajero del Festival el año pasado.
Rodríguez invita a conocer su casa, en el barrio San Joaquín. En el patio trasero, junto a varios palos de mango, descansan en las hamacas algunos músicos que están bajo su tutela.

Uno de ellos es el aspirante a rey aficionado, Javier Morales, que llegó después de un viaje de seis horas por tierra desde Sahagún (Córdoba). No tiene más de 20 años, pero se ha presentado ya cuatro veces. Y su preparación consiste en mantener el acordeón caliente a punta de concursar y concursar y concursar en Festaivales como los de su pueblo y los de Sincelejo y Cobeñas.

“La diferencia es que allá se compite en aires sabaneros –cuenta Morales-. Se compite en porro, cumbia merengue y paseo. Tiene sus cambios, pero uno se cría oyéndolos todos”.
Avisa que vino temprano para ensayar más tranquilo, lo acompañara su guacharaquero, José David Flórez, de 14 años (aunque parece de menos). Con quien siempre ha ido a todos los festivales.

“El colegio no tiene problema –explica Flórez-, porque ensayamos por las tardes y los festivales son los fines de semana”.

Otro músico presente es Freddy Peralta, el cantante que grabó con Los Hermanos López después de que se fue Jorge Oñate. También participará en el Festival, se va a presentar en el concurso de canción inédita, con el son De fama mundial. Ha estado acompañando los ensayos de los jóvenes mientras espera la llegada de un cantante que le va a hacer la segunda voz. También espera a Jamaica, porque a pesar de que tendrá que concentrarse en la competencia por el reinado más importante, lo va a acompañar con el acordeón.

Y llega el otro cantante. Juntos escuchan la grabación de la canción inscrita y empiezan a ensayar dónde suben y dónde bajan la voz. Se ponen de acuerdo en las señas que se harán en tarima por si la voz del cantante principal se cansa, entonces, el segundo lo va a auxiliar.
Wilson es el anfitrión de todos y es quien, a veces sugiere un cantante o un cajero o un guacharaquero para que acompañe a algún concursante.

Este año su camino está definido: junto con el guacharaquero José Rodríguez, esta vez lo van a dar todo en la tarima por Jamaica. Así como el año pasado se desvivieron por Ever Paternina, otro aspirante a rey vallenato, que llegó a la final.

Como ellos hay otras parejas de músicos: El ‘Ñeco’ y Memo, que estarán con Sergio Luis Rodríguez; ‘El Ñame’ y ‘El Manón’, que venían con un récord de cinco coronas seguidas hasta el año pasado, cuando acompañaron a Némer Tetay, uno de los favoritos del año pasado, que llegó a la final, pero no al trono, que fue para Juan José Granados.

“Lo que pasó con Tetay el año pasado –explica Wilson Rodríguez- con halo de conocedor, es que se le salen toques comerciales. Y por más tradicionales que fueron el ‘Ñame’ y el ‘Manón’, no dio”.

Entonces se habla de las tarifas. Paternina le había propuesto a Wilson que volviera a presentarse con él. Le ofreció dos millones de pesos. Pero Jamaica ofreció más. Otro acordeonero no quiso pagarle tanto y se fue a buscar al ‘Ñame’ y el ‘Manon’ que le cobraron cinco. ¿Uno por cada rey coronado?

Durante las conversaciones hay otra persona que ha estado opinando. Es Henry Arciniegas. “¿Yo? Yo también soy compositor –dice-. Pero estoy aquí en calidad de jefe del comité de barras de Jamaica”.

Le fue diciendo a su jefe que no lo espere a trabajar esta semana, porque está encargado de ayudar a fijar los afiches de Jamaica, de agrupar la gente para entregarles camisetas (dice que se mandaron a hacer unas 400).

Explica que lo da y lo dará todo por ‘El cachaco’ hasta que gane (no importa cuantas veces más tenga que presentarse). Porque “ese cachaco sí que toca bonito”, por eso, no importa que sea bogotano y que Arciniegas venga de La Guajira. No importa que el pueblo vallenato sea celoso. “El cachaco ganará algún día”, dice y se nota que le sale del alma. “Eso será como cuando Vanessa Mendoza se ganó el reinado de Señorita Colombia. Toda una revolución”.

De despedida, todos interpretan una canción. En la foto están: Wilson Rodríguez, Javier Morales, José David Flórez y Freddy Peralta.

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