El entierro se realizó en el cementerio Jardines del Ecce Hommo luego de un multitudinario homenaje en la plaza Alfonso López de esa ciudad.

Ayer, el traslado del cuerpo, de Cartagena a Valledupar, duró cerca de ocho horas. La fanaticada del joven artista le rindió homenaje póstumo.

A Víctor Andrés Martínez no le importó esperar seis horas, ni soportar el inclemente sol del mediodía, porque para él lo importante era recibir los restos de su ídolo, el cantautor Kaleth Morales, quien murió el pasado miércoles en el Hospital de Bocagrande de Cartagena, donde fue recluido con un trauma craneoencefálico luego de sufrir un accidente entre los municipios de Ariguaní y Plato (Magdalena).

Desde las nueve de la mañana llegó con otros amigos de su barrio Villa Castro al sector de Mercabastos, en entrada de Valledupar, para escoger el lugar apropiado y poder ver pasar el cortejo fúnebre.

"Me duele su muerte, era un gran artista y me encantaban sus canciones", dijo, mientras entonaba en voz baja el coro de Vivo en el limbo, la canción que le dio la fama a Kaleth Morales.

A pocos metros de él se encontraba Carolina Vásquez, otra aficionada, con una gran pancarta en la que se leía ‘Kaleth, te llevaremos siempre en nuestros corazones’. La joven, vestida con pantalón negro y blusa blanca, dijo con lágrimas en los ojos que la máxima figura de la ‘nueva ola’ era su cantante favorito.

Sí, los seguidores de Kaleth Morales eran incontables y prueba de ellos fueron las miles -más de 8.000- de personas, en especial jóvenes, que se congregaron a lo largo de unos cuatro kilómetros de vía o que se movilizaban en carro, motos y bicicletas para recibir su cuerpo y darle el último adiós.


Llega la carroza fúnebre

Cuando la carroza fúnebre apareció, hacia las 4:15 de la tarde, los ciudadanos sacaron pañuelos blancos, alzaron las carteleras con mensajes de despedida como ‘Kaleth, seguirás ocupando un lugar especial en nuestros corazones, porque fuiste la persona que llenó de alegría a la juventud vallenata’ y ‘Mientras tu cuerpo y alma duermen, tus recuerdos seguirán despiertos’, y entonaron Vivo en el limbo.

La gente se unió de inmediato a la caravana que había partido desde Cartagena a las 6 de la mañana, donde venían su mamá Nevis Troya, el acordeonero Juank Ricardo, familiares y amigos, que por petición del mismo pueblo debió parar en municipios de la carretera que une a Bolívar y el Cesar, precisamente la que tomó el artista el pasado martes, día en que se accidentó.

La caravana recorrió varias calles de la ciudad, que se paralizó durante más de media hora, se detuvo en la Plaza del barrio Primero de Mayo, barrio donde el cantautor vivió durante gran parte de sus 21 años de vida, para que los aficionados pudieran acercarse y despedirse. Una hora después, el cuerpo de Kaleth fue trasladado a la Biblioteca Departamental.

El recibimiento de los vallenatos para despedir al Morales, el artista que empezó a componer desde los 13 años e hizo canciones como Lo mejor para los dos, Me la juego toda, Dos segundos, y que era hijo del cantante Miguel Morales, quien no pudo trasladarse a la ciudad por el delicado estado de salud de su hijo Keinner, fue calificado como inmenso.

Joaquín Guillén, representante artístico de los Hermanos Zuleta, quien se encontraba entre el público, aseguró que "ha sido una respuesta grande del pueblo vallenato, un homenaje como Kaleth se lo merecía". Mientras tanto, Harold Zabaleta, representante de Diomedes Díaz, tras lamentar la muerte del joven cantautor, expresó que "la ciudad está de luto, porque se ha ido uno de los mejores artistas del folclor vallenato".

La muerte de Kaleth Morales ha dejado un vacío y así lo han dejado saber también cantantes como Peter Manjarrés, quien reconoció las cualidades artísticas y personales del artista de la ‘nueva ola.

El entierro se realizó en el cementerio Jardines del Ecce Hommo luego de un multitudinario homenaje en la plaza Alfonso López de esa ciudad.

Ayer, el traslado del cuerpo, de Cartagena a Valledupar, duró cerca de ocho horas. La fanaticada del joven artista le rindió homenaje póstumo.

A Víctor Andrés Martínez no le importó esperar seis horas, ni soportar el inclemente sol del mediodía, porque para él lo importante era recibir los restos de su ídolo, el cantautor Kaleth Morales, quien murió el pasado miércoles en el Hospital de Bocagrande de Cartagena, donde fue recluido con un trauma craneoencefálico luego de sufrir un accidente entre los municipios de Ariguaní y Plato (Magdalena).

Desde las nueve de la mañana llegó con otros amigos de su barrio Villa Castro al sector de Mercabastos, en entrada de Valledupar, para escoger el lugar apropiado y poder ver pasar el cortejo fúnebre.

"Me duele su muerte, era un gran artista y me encantaban sus canciones", dijo, mientras entonaba en voz baja el coro de Vivo en el limbo, la canción que le dio la fama a Kaleth Morales.

A pocos metros de él se encontraba Carolina Vásquez, otra aficionada, con una gran pancarta en la que se leía ‘Kaleth, te llevaremos siempre en nuestros corazones’. La joven, vestida con pantalón negro y blusa blanca, dijo con lágrimas en los ojos que la máxima figura de la ‘nueva ola’ era su cantante favorito.

Sí, los seguidores de Kaleth Morales eran incontables y prueba de ellos fueron las miles -más de 8.000- de personas, en especial jóvenes, que se congregaron a lo largo de unos cuatro kilómetros de vía o que se movilizaban en carro, motos y bicicletas para recibir su cuerpo y darle el último adiós.


Llega la carroza fúnebre

Cuando la carroza fúnebre apareció, hacia las 4:15 de la tarde, los ciudadanos sacaron pañuelos blancos, alzaron las carteleras con mensajes de despedida como ‘Kaleth, seguirás ocupando un lugar especial en nuestros corazones, porque fuiste la persona que llenó de alegría a la juventud vallenata’ y ‘Mientras tu cuerpo y alma duermen, tus recuerdos seguirán despiertos’, y entonaron Vivo en el limbo.

La gente se unió de inmediato a la caravana que había partido desde Cartagena a las 6 de la mañana, donde venían su mamá Nevis Troya, el acordeonero Juank Ricardo, familiares y amigos, que por petición del mismo pueblo debió parar en municipios de la carretera que une a Bolívar y el Cesar, precisamente la que tomó el artista el pasado martes, día en que se accidentó.

La caravana recorrió varias calles de la ciudad, que se paralizó durante más de media hora, se detuvo en la Plaza del barrio Primero de Mayo, barrio donde el cantautor vivió durante gran parte de sus 21 años de vida, para que los aficionados pudieran acercarse y despedirse. Una hora después, el cuerpo de Kaleth fue trasladado a la Biblioteca Departamental.

El recibimiento de los vallenatos para despedir al Morales, el artista que empezó a componer desde los 13 años e hizo canciones como Lo mejor para los dos, Me la juego toda, Dos segundos, y que era hijo del cantante Miguel Morales, quien no pudo trasladarse a la ciudad por el delicado estado de salud de su hijo Keinner, fue calificado como inmenso.

Joaquín Guillén, representante artístico de los Hermanos Zuleta, quien se encontraba entre el público, aseguró que "ha sido una respuesta grande del pueblo vallenato, un homenaje como Kaleth se lo merecía". Mientras tanto, Harold Zabaleta, representante de Diomedes Díaz, tras lamentar la muerte del joven cantautor, expresó que "la ciudad está de luto, porque se ha ido uno de los mejores artistas del folclor vallenato".

La muerte de Kaleth Morales ha dejado un vacío y así lo han dejado saber también cantantes como Peter Manjarrés, quien reconoció las cualidades artísticas y personales del artista de la ‘nueva ola.

El entierro se realizó en el cementerio Jardines del Ecce Hommo luego de un multitudinario homenaje en la plaza Alfonso López de esa ciudad.

Ayer, el traslado del cuerpo, de Cartagena a Valledupar, duró cerca de ocho horas. La fanaticada del joven artista le rindió homenaje póstumo.

A Víctor Andrés Martínez no le importó esperar seis horas, ni soportar el inclemente sol del mediodía, porque para él lo importante era recibir los restos de su ídolo, el cantautor Kaleth Morales, quien murió el pasado miércoles en el Hospital de Bocagrande de Cartagena, donde fue recluido con un trauma craneoencefálico luego de sufrir un accidente entre los municipios de Ariguaní y Plato (Magdalena).

Desde las nueve de la mañana llegó con otros amigos de su barrio Villa Castro al sector de Mercabastos, en entrada de Valledupar, para escoger el lugar apropiado y poder ver pasar el cortejo fúnebre.

"Me duele su muerte, era un gran artista y me encantaban sus canciones", dijo, mientras entonaba en voz baja el coro de Vivo en el limbo, la canción que le dio la fama a Kaleth Morales.

A pocos metros de él se encontraba Carolina Vásquez, otra aficionada, con una gran pancarta en la que se leía ‘Kaleth, te llevaremos siempre en nuestros corazones’. La joven, vestida con pantalón negro y blusa blanca, dijo con lágrimas en los ojos que la máxima figura de la ‘nueva ola’ era su cantante favorito.

Sí, los seguidores de Kaleth Morales eran incontables y prueba de ellos fueron las miles -más de 8.000- de personas, en especial jóvenes, que se congregaron a lo largo de unos cuatro kilómetros de vía o que se movilizaban en carro, motos y bicicletas para recibir su cuerpo y darle el último adiós.


Llega la carroza fúnebre

Cuando la carroza fúnebre apareció, hacia las 4:15 de la tarde, los ciudadanos sacaron pañuelos blancos, alzaron las carteleras con mensajes de despedida como ‘Kaleth, seguirás ocupando un lugar especial en nuestros corazones, porque fuiste la persona que llenó de alegría a la juventud vallenata’ y ‘Mientras tu cuerpo y alma duermen, tus recuerdos seguirán despiertos’, y entonaron Vivo en el limbo.

La gente se unió de inmediato a la caravana que había partido desde Cartagena a las 6 de la mañana, donde venían su mamá Nevis Troya, el acordeonero Juank Ricardo, familiares y amigos, que por petición del mismo pueblo debió parar en municipios de la carretera que une a Bolívar y el Cesar, precisamente la que tomó el artista el pasado martes, día en que se accidentó.

La caravana recorrió varias calles de la ciudad, que se paralizó durante más de media hora, se detuvo en la Plaza del barrio Primero de Mayo, barrio donde el cantautor vivió durante gran parte de sus 21 años de vida, para que los aficionados pudieran acercarse y despedirse. Una hora después, el cuerpo de Kaleth fue trasladado a la Biblioteca Departamental.

El recibimiento de los vallenatos para despedir al Morales, el artista que empezó a componer desde los 13 años e hizo canciones como Lo mejor para los dos, Me la juego toda, Dos segundos, y que era hijo del cantante Miguel Morales, quien no pudo trasladarse a la ciudad por el delicado estado de salud de su hijo Keinner, fue calificado como inmenso.

Joaquín Guillén, representante artístico de los Hermanos Zuleta, quien se encontraba entre el público, aseguró que "ha sido una respuesta grande del pueblo vallenato, un homenaje como Kaleth se lo merecía". Mientras tanto, Harold Zabaleta, representante de Diomedes Díaz, tras lamentar la muerte del joven cantautor, expresó que "la ciudad está de luto, porque se ha ido uno de los mejores artistas del folclor vallenato".

La muerte de Kaleth Morales ha dejado un vacío y así lo han dejado saber también cantantes como Peter Manjarrés, quien reconoció las cualidades artísticas y personales del artista de la ‘nueva ola.