Noticias

Volver

El último Juglar

Fuente: Jorge Nain | Fecha: 2010-01-21 | Visitas: 5521

El último Juglar

Inversamente proporcional a como se han ido acabando los juglares, esta palabra ha ganado importancia en nuestro medio y especialmente en el argot cultural y folclórico; hoy se les llama juglares a compositores, cantantes o acordeoneros vallenatos que superen los cincuenta años de edad; incluso hay jóvenes que se autodenominan juglares urbanos.
Hace cuatro años inicié en Bogotá un evento anual, único en Colombia, denominado “Parranda de Juglares” en el cual se reúnen cuatro o cinco juglares vivos a contar sus vivencias, sus anécdotas, cantar y tocar sus canciones y me he encontrado con la dificultad de seleccionar entre los músicos completos (Acordeonero, cantante y compositor) a quiénes invitar, que realmente llenen las condiciones de un verdadero juglar vallenato.

En mi columna anterior les mencioné el proyecto de realizar un documental con la vida de los juglares vallenatos vivos; pues bien, después de seleccionar un grupo de ellos, entrevistarlos y realizar un análisis serio y juicioso, he llegado a la conclusión de que realmente sólo nos queda un juglar vallenato activo.

Debe llamársele Juglar vallenato a aquel músico nómada que llevaba de pueblo en pueblo noticias cantadas y que narraba los acontecimientos que ocurrían en otros lugares, precisamente por la falta de medios de comunicación, incluso de vías, por ello, lo natural era que se transportaran a lomo de burro o mulas; luego entonces, en la medida en que a mediados del siglo XX en nuestro medio esas dificultades se fueron superando, si bien en la actualidad nos quedan algunos vivos, estos ya no ejercen por física sustracción de materia.

Claro, cuando uno habla con Lorenzo Morales a sus 95 años, tiene que concluir que indudablemente este fue un verdadero juglar vallenato, pero que por su edad y otras circunstancias le es imposible en la actualidad ejercer tal oficio; Nafer Duran Díaz, a sus 77 años y quien reconoce que él y sus hermanos (Alejandro y Luis Felipe) fueron vaqueros de ganaderías de las sabanas de El Paso y por lo tanto llegaron a tocar un acordeón y cantar a lomo de mula de pueblo en pueblo; este es otro de los juglares vallenatos vivos, que hoy al igual que Lorenzo Morales, residen en la ciudad de Valledupar y ya le es distante esa actividad.

A los juglares vallenatos del siglo XIX y comienzos del XX se les identificaba precisamente por ser músicos bohemios, a los cuales se les encontraba en los pueblos donde hubiese fiestas y eran los que, a diferencia de los juglares europeos de la edad media, les interpretaban los poemas a los trovadores por un valor determinado; los nuestros casi nunca cobraban por su actividad, pero vivían de las gratificaciones o propinas voluntarias que los parranderos les entregaban.

Hablando con el doctor Tomás Darío Gutiérrez sobre juglares vallenatos, me orientó sobre uno que permanecía casi detenido en el tiempo y que, aún en plena era de las comunicaciones, vivía y ejercía como un autentico Juglar; no dudé un instante en viajar a buscarlo hacía los hermosos pueblos y caseríos del norte de Valledupar: Atanquez, La mina, Chemesquemena, Guacoche; primero llegué a la Mina y allí efectivamente en una casa de bahareque y palma amarga, una señora de unos 70 años que me recibió con un abrazo y beso como si me conociera de años, me dijo: ¿ustedes buscan a Chente? Yo soy la esposa. Él tiene días que no viene por aquí, lo pueden conseguir en Guacoche donde la otra mujer. Ese hombre sí canta y toca bonito ese acordeón con el que me conquistó”.

Nos regresamos a Guacoche, a solo quince minutos de Valledupar, pero que pareciera estar ubicado en un desierto muy lejano y allí lo encontramos en una hermosa vivienda que más parece una finquita, en la que predominan los cerdos y los gallos finos, así como las matas de plátano y de yuca. Ahí estaba el único Juglar vivo y activo que nos queda, Vicente “Chente” Munive; me contó cómo él aún se banquetea en un burro y viaja a tocar a otros pueblos vecinos y me cantó con su potente voz muchas de su canciones, especialmente merengues bellos que han grabado interpretes como Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Iván Villazón, Farid Ortiz y otros; también me explicó por qué nunca le había gustado cobrar por tocar una parranda y que le parecía más elegante dejar que le dieran una propina, que, entre otras cosas, a veces resultaba mejor de lo que él podría haber cobrado; me dijo que le tiene sin cuidado que su nombre no aparezca entre los grandes del vallenato, ni que le hagan homenajes o le entreguen pergaminos, “yo vivo feliz así y esta vida no se la cambio por ninguna otra” …Ahora entiendo y comparto con Tomas Darío que “Chente” Munive es el último juglar activo.

COLOFÓN: En la cuarta versión de la Parranda de Juglares que realizaremos en el mes de marzo en Bogotá, tienen ya su cupo asegurado: Nafer Duran, Adolfo Pacheco y por supuesto “Chente” Munive, así muchos de los asistentes me pregunten: ¿ y ese quién es y de dónde lo sacaste?
jorgenainruiz@gmail.com

Mas Noticias

Noticias

El último Juglar

Fuente: Jorge Nain | Fecha: 2010-01-21 | Visitas: 5521

El último Juglar

Inversamente proporcional a como se han ido acabando los juglares, esta palabra ha ganado importancia en nuestro medio y especialmente en el argot cultural y folclórico; hoy se les llama juglares a compositores, cantantes o acordeoneros vallenatos que superen los cincuenta años de edad; incluso hay jóvenes que se autodenominan juglares urbanos.
Hace cuatro años inicié en Bogotá un evento anual, único en Colombia, denominado “Parranda de Juglares” en el cual se reúnen cuatro o cinco juglares vivos a contar sus vivencias, sus anécdotas, cantar y tocar sus canciones y me he encontrado con la dificultad de seleccionar entre los músicos completos (Acordeonero, cantante y compositor) a quiénes invitar, que realmente llenen las condiciones de un verdadero juglar vallenato.

En mi columna anterior les mencioné el proyecto de realizar un documental con la vida de los juglares vallenatos vivos; pues bien, después de seleccionar un grupo de ellos, entrevistarlos y realizar un análisis serio y juicioso, he llegado a la conclusión de que realmente sólo nos queda un juglar vallenato activo.

Debe llamársele Juglar vallenato a aquel músico nómada que llevaba de pueblo en pueblo noticias cantadas y que narraba los acontecimientos que ocurrían en otros lugares, precisamente por la falta de medios de comunicación, incluso de vías, por ello, lo natural era que se transportaran a lomo de burro o mulas; luego entonces, en la medida en que a mediados del siglo XX en nuestro medio esas dificultades se fueron superando, si bien en la actualidad nos quedan algunos vivos, estos ya no ejercen por física sustracción de materia.

Claro, cuando uno habla con Lorenzo Morales a sus 95 años, tiene que concluir que indudablemente este fue un verdadero juglar vallenato, pero que por su edad y otras circunstancias le es imposible en la actualidad ejercer tal oficio; Nafer Duran Díaz, a sus 77 años y quien reconoce que él y sus hermanos (Alejandro y Luis Felipe) fueron vaqueros de ganaderías de las sabanas de El Paso y por lo tanto llegaron a tocar un acordeón y cantar a lomo de mula de pueblo en pueblo; este es otro de los juglares vallenatos vivos, que hoy al igual que Lorenzo Morales, residen en la ciudad de Valledupar y ya le es distante esa actividad.

A los juglares vallenatos del siglo XIX y comienzos del XX se les identificaba precisamente por ser músicos bohemios, a los cuales se les encontraba en los pueblos donde hubiese fiestas y eran los que, a diferencia de los juglares europeos de la edad media, les interpretaban los poemas a los trovadores por un valor determinado; los nuestros casi nunca cobraban por su actividad, pero vivían de las gratificaciones o propinas voluntarias que los parranderos les entregaban.

Hablando con el doctor Tomás Darío Gutiérrez sobre juglares vallenatos, me orientó sobre uno que permanecía casi detenido en el tiempo y que, aún en plena era de las comunicaciones, vivía y ejercía como un autentico Juglar; no dudé un instante en viajar a buscarlo hacía los hermosos pueblos y caseríos del norte de Valledupar: Atanquez, La mina, Chemesquemena, Guacoche; primero llegué a la Mina y allí efectivamente en una casa de bahareque y palma amarga, una señora de unos 70 años que me recibió con un abrazo y beso como si me conociera de años, me dijo: ¿ustedes buscan a Chente? Yo soy la esposa. Él tiene días que no viene por aquí, lo pueden conseguir en Guacoche donde la otra mujer. Ese hombre sí canta y toca bonito ese acordeón con el que me conquistó”.

Nos regresamos a Guacoche, a solo quince minutos de Valledupar, pero que pareciera estar ubicado en un desierto muy lejano y allí lo encontramos en una hermosa vivienda que más parece una finquita, en la que predominan los cerdos y los gallos finos, así como las matas de plátano y de yuca. Ahí estaba el único Juglar vivo y activo que nos queda, Vicente “Chente” Munive; me contó cómo él aún se banquetea en un burro y viaja a tocar a otros pueblos vecinos y me cantó con su potente voz muchas de su canciones, especialmente merengues bellos que han grabado interpretes como Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Iván Villazón, Farid Ortiz y otros; también me explicó por qué nunca le había gustado cobrar por tocar una parranda y que le parecía más elegante dejar que le dieran una propina, que, entre otras cosas, a veces resultaba mejor de lo que él podría haber cobrado; me dijo que le tiene sin cuidado que su nombre no aparezca entre los grandes del vallenato, ni que le hagan homenajes o le entreguen pergaminos, “yo vivo feliz así y esta vida no se la cambio por ninguna otra” …Ahora entiendo y comparto con Tomas Darío que “Chente” Munive es el último juglar activo.

COLOFÓN: En la cuarta versión de la Parranda de Juglares que realizaremos en el mes de marzo en Bogotá, tienen ya su cupo asegurado: Nafer Duran, Adolfo Pacheco y por supuesto “Chente” Munive, así muchos de los asistentes me pregunten: ¿ y ese quién es y de dónde lo sacaste?
jorgenainruiz@gmail.com

Mas Noticias

Noticias

El último Juglar

Fuente: Jorge Nain | Fecha: 2010-01-21 | Visitas: 5521

El último Juglar

Inversamente proporcional a como se han ido acabando los juglares, esta palabra ha ganado importancia en nuestro medio y especialmente en el argot cultural y folclórico; hoy se les llama juglares a compositores, cantantes o acordeoneros vallenatos que superen los cincuenta años de edad; incluso hay jóvenes que se autodenominan juglares urbanos.
Hace cuatro años inicié en Bogotá un evento anual, único en Colombia, denominado “Parranda de Juglares” en el cual se reúnen cuatro o cinco juglares vivos a contar sus vivencias, sus anécdotas, cantar y tocar sus canciones y me he encontrado con la dificultad de seleccionar entre los músicos completos (Acordeonero, cantante y compositor) a quiénes invitar, que realmente llenen las condiciones de un verdadero juglar vallenato.

En mi columna anterior les mencioné el proyecto de realizar un documental con la vida de los juglares vallenatos vivos; pues bien, después de seleccionar un grupo de ellos, entrevistarlos y realizar un análisis serio y juicioso, he llegado a la conclusión de que realmente sólo nos queda un juglar vallenato activo.

Debe llamársele Juglar vallenato a aquel músico nómada que llevaba de pueblo en pueblo noticias cantadas y que narraba los acontecimientos que ocurrían en otros lugares, precisamente por la falta de medios de comunicación, incluso de vías, por ello, lo natural era que se transportaran a lomo de burro o mulas; luego entonces, en la medida en que a mediados del siglo XX en nuestro medio esas dificultades se fueron superando, si bien en la actualidad nos quedan algunos vivos, estos ya no ejercen por física sustracción de materia.

Claro, cuando uno habla con Lorenzo Morales a sus 95 años, tiene que concluir que indudablemente este fue un verdadero juglar vallenato, pero que por su edad y otras circunstancias le es imposible en la actualidad ejercer tal oficio; Nafer Duran Díaz, a sus 77 años y quien reconoce que él y sus hermanos (Alejandro y Luis Felipe) fueron vaqueros de ganaderías de las sabanas de El Paso y por lo tanto llegaron a tocar un acordeón y cantar a lomo de mula de pueblo en pueblo; este es otro de los juglares vallenatos vivos, que hoy al igual que Lorenzo Morales, residen en la ciudad de Valledupar y ya le es distante esa actividad.

A los juglares vallenatos del siglo XIX y comienzos del XX se les identificaba precisamente por ser músicos bohemios, a los cuales se les encontraba en los pueblos donde hubiese fiestas y eran los que, a diferencia de los juglares europeos de la edad media, les interpretaban los poemas a los trovadores por un valor determinado; los nuestros casi nunca cobraban por su actividad, pero vivían de las gratificaciones o propinas voluntarias que los parranderos les entregaban.

Hablando con el doctor Tomás Darío Gutiérrez sobre juglares vallenatos, me orientó sobre uno que permanecía casi detenido en el tiempo y que, aún en plena era de las comunicaciones, vivía y ejercía como un autentico Juglar; no dudé un instante en viajar a buscarlo hacía los hermosos pueblos y caseríos del norte de Valledupar: Atanquez, La mina, Chemesquemena, Guacoche; primero llegué a la Mina y allí efectivamente en una casa de bahareque y palma amarga, una señora de unos 70 años que me recibió con un abrazo y beso como si me conociera de años, me dijo: ¿ustedes buscan a Chente? Yo soy la esposa. Él tiene días que no viene por aquí, lo pueden conseguir en Guacoche donde la otra mujer. Ese hombre sí canta y toca bonito ese acordeón con el que me conquistó”.

Nos regresamos a Guacoche, a solo quince minutos de Valledupar, pero que pareciera estar ubicado en un desierto muy lejano y allí lo encontramos en una hermosa vivienda que más parece una finquita, en la que predominan los cerdos y los gallos finos, así como las matas de plátano y de yuca. Ahí estaba el único Juglar vivo y activo que nos queda, Vicente “Chente” Munive; me contó cómo él aún se banquetea en un burro y viaja a tocar a otros pueblos vecinos y me cantó con su potente voz muchas de su canciones, especialmente merengues bellos que han grabado interpretes como Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Iván Villazón, Farid Ortiz y otros; también me explicó por qué nunca le había gustado cobrar por tocar una parranda y que le parecía más elegante dejar que le dieran una propina, que, entre otras cosas, a veces resultaba mejor de lo que él podría haber cobrado; me dijo que le tiene sin cuidado que su nombre no aparezca entre los grandes del vallenato, ni que le hagan homenajes o le entreguen pergaminos, “yo vivo feliz así y esta vida no se la cambio por ninguna otra” …Ahora entiendo y comparto con Tomas Darío que “Chente” Munive es el último juglar activo.

COLOFÓN: En la cuarta versión de la Parranda de Juglares que realizaremos en el mes de marzo en Bogotá, tienen ya su cupo asegurado: Nafer Duran, Adolfo Pacheco y por supuesto “Chente” Munive, así muchos de los asistentes me pregunten: ¿ y ese quién es y de dónde lo sacaste?
jorgenainruiz@gmail.com

Mas Noticias