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Compraia usted esta camisa usada por Diomedes Diaz

Fuente: Por: LEONARDO HERRERA DELGHAMS del Tiempo.com | Fecha: 2015-03-03 | Visitas: 2514

Compraia usted esta camisa usada por Diomedes Diaz

En un estrecho escaparate, apretujado entre pantalones y camisas, colgada de un gancho de plástico negro, reposa una verdadera reliquia del más celebrado cantante vallenato de todos los tiempo, Diomedes Díaz.

En ese escaparate, ubicado frente a la cama de Leonardo Montalvo Toscano, un taxista de 44 años, padre de cuatro hijos que vive en el barrio Siete de Agosto de Valledupar, desde hace más de un año está la prenda confeccionada en una casa de alta costura italiana conocida como Gianni Versace, usualmente llamada Versace. Según la diseñadora barranquillera Judy Hazbún, una camisa de estas calidades puede estar en el mercado con precio mínimo 395 dólares, unos 900.000 pesos colombianos, cuyo valor se podría incrementar si la ha lucido una personalidad reconocida.

Por eso, para Montalvo esta camisa es como la joya de la corona.
"Vea compadre, aquí en el Valle cualquiera mataría por tenerla", dice el hombre para dimensionar el significado que tiene la prenda y que ahora se ha convertido en la esperanza de él y su familia ya que decidió sacarla del clóset para ponerla en subasta.

"No aguanta que una vaina tan fina esté colgada en este escaparate viejo", explica, al aclarar que le da pena con la familia del artista. "Hay muchos seguidores de el “Cacique” en el mundo que le darán un mejor uso"

Esa Versace, manga larga, de rayas grises y blancas, cuello alto, de puño, que está adornada con aplicaciones de minúsculas piedras negras que destellan con las luces del bombillo del cuarto, la lució el cantautor vallenato en varias presentaciones y actos sociales, como en la que aparece al lado del cantante Silvestre Dangod, interpretando la canción Gaviota Herida.

Quienes conocieron al “Cacique” saben que siempre lució prendas de grandes marcas, en muchas ocasiones eran regalos de sus amigos y familiares. La Versace hace parte de la colección de prendas finas que en ocasiones lució, pese a que fue siempre sencillo y nunca renunció a su espíritu de campesino y de hombre de clase popular, que hoy podía presentarse en saco y corbata en un club de Bogotá o Barranquilla y al día siguiente en pantaloneta y sandalias guajiras en una caseta de El Retén (Magdalena) o en Costilla (Cesar).

En 37 años de vida artística, Díaz grabó 350 canciones, muchas son grandes éxitos dentro y fuera del país en 35 álbumes y vendió más de 15 millones de copias. Hoy Diomedes, quien falleció el 22 de diciembre del 2013, está nuevamente acaparando la atención de los colombianos, gracias a la telenovela sobre su vida que emite todas las noches el canal RCN y que mantiene los mayores índices de audiencia.

Diomedes le regaló esta prenda a Leonardo como forma de agradecimiento y muestra de desprendimiento, por haber sido una persona que durante casi dos años estuvo pendiente de colaborarle a él y a su familia.

"Esta camisa es una verdadera reliquia", dice Leonardo, al asegurar que la tela se ajusta a cualquier talla–. Yo soy gordo y me queda bacana, pero a un flaco también le queda bien, porque esto es pura finura. La tela es suavecita.
¿Cómo se la ganó?

Diomedes Díaz luciendo la camisa en un concierto, donde lo acompaña Silvestre Dangond.
Desde hace 19 años, Leonardo Montalvo trabaja de noche como taxista en Valledupar. Se parquea en un sector conocido como Choncholandia, una venta de chicharrones en el barrio Ciudad Jardín, a unas dos cuadras de la casa donde vivió Diomedes Díaz con su familia.
“Me daba cuenta que allí entraba y salía gente, pero no pedían carro, sino que salían a la calle a tomarlos. Siempre estaba atento y recogía mis carreras”. En una de esas carreras conoció a Abel Díaz, hermano de Diomedes. “Se hizo cliente, y ya me llamaba a cada rato para que le hiciera favores al supermercado o droguería, los dejaba en la puerta y me iba”.
Montalvo dice que después de las seis de la tarde no pasaban 20 minutos cuando lo estaban solicitando para pedirle que hiciera un mandado a la familia Díaz.

Así pasaron meses hasta que un día Abel lo invitó a entrar a la casa. “Este es el muchacho que nos colabora. Es “full” serio y bien mandado”, cuenta Montalvo que fue como lo presentaron ante el “Cacique”. “El hombre me miró y me dijo: “Vea sobrino así es que necesito gente a mi lado, nada de chismosos ni sapos” ”. Eso fue a comienzo del 2012.
Desde esa vez nació una buena amistad. “Era un hombre de casualidades, a veces duraba hasta tres meses sin verlo, no pasaba de la puerta de la calle, de repente me mandaba a entrar y me saludaba con mucho cariño y me preguntaba por los pelaos”, dice Montalvo, que en una ocasión le llevó a sus dos hijos, previa invitación de Diomedes. Se tomaron una foto, que la conserva y saca con orgullo.

Para Montalvo no faltan las palabras de agradecimiento con el artista. Asegura que él lo ayudó en más de una ocasión cuando atravesó situaciones económicas difíciles. “Tuve un hijo en cuidados intensivos y no tenía la plata para sacarlo de la clínica. El “Cacique” hizo una llamada y listo”, dice. También recuerda que cuando estaba pensativo por una deuda lo alentaba: “ “¿Qué le pasa, sobrino?, ¡tenga pa” que mate esa culebra!”. Y me daba plata”.
Por eso, cuando le preguntan quién era Diomedes Díaz, Montalvo no duda un segundo en decir que era verdadero monstruo: “Daba lo que no se ganaba, y con una sola llamada le arreglaba la vida al que fuera. Por eso lo quería la gente y hacían por él lo que fuera”.
Así va la subasta

A Montalvo siempre le gustaron unos zapatos rojos que un diseñador le regaló a Diomedes. “Se dio cuenta que me gustaban y uno de esos días que me invitó a entrar al cuarto me los dio, cuando me los probé me quedaron bailado, eran talla 44, yo soy 40”.
Para que no se fuera desmotivado le dijo: “Sobrino, no se preocupe que un día de estos le doy su detallito”. Esa frase la escuchó varias veces. “No me he olvidado de su detallito”, le gritaba cuando lo veía en la puerta.

A finales de noviembre del 2013 fue a entregar un domicilio y Diego Fernando Martínez, cuñado y hombre de confianza de Diomedes, lo sorprendió con una bolsa: “Mira aquí te mandaron por portarte bien”. Era la camisa más linda que en sus 44 años de vida asegura Montalvo haber visto y tenido en sus manos.

Desde que la tiene solo se la ha puesto una vez. Fue el 15 de junio del 2014, día de su cumpleaños para sentarse en la puerta de su casa a tomarse unos tragos con unos familiares y amigos. “Carajo eso sí que es una reliquia”, le decían ese día. Algunos hasta le tomaron fotos a la camisa.

Montalvo, como buen vallenato, no le da pena confesar algunas cosas por la que otros se apenarían. La camisa se la puso a las tres de la tarde y se la quitó a las nueve de la noche, cuando la fiesta estaba en lo mejor. Prefirió quedarse en camisilla. “Por temor a que un borracho de estos me la jodiera con un cigarrillo o con un abrazo. Uno no sabe”.
Al día siguiente su esposa, con la advertencia de que lo hiciera a mano y con un jabón suave, la enjuagó, la puso a secar en la sombra y la devolvió al escaparate en donde ha permanecido.

Ahora que decidió sacar en subasta la camisa ha recibido unas ocho llamadas. “Algunos creen que es mentira”, dice. Una mujer ya puso el primer precio: 1”300.000 pesos. Las ofertas las recibe al número celular 300 7130606, al que por estos días no le quita los ojos ni de noche ni de día.

Pero Montalvo, sin saber mucho de moda, sí tiene claro el valor que tiene la camisa por haber pertenecido a uno de los más grandes del folclor vallenato. “Aquí vino un mexicano y ofreció cinco millones de pesos por una franela que se ponía Diomedes pa” ir la finca. Ahora cuánto no van a dar por esta que sí es digna de un artista de su talla”.

Para confirmar que la camisa sí es de Diomedes muestra un recorte de periódico donde aparece el “Cacique” luciéndola con Silvestre Dangond (se puede apreciar en https://www.youtube.com/watch?v=MIc6hp17CBQ) durante una presentación privada en Bogotá.

Lo que sí tiene claro Montalvo es que con el dinero de la venta de la camisa no saldrá de pobre. “No voy a ser el taxista millonario, pero sí solucionaré muchos problemas por los que estoy a travesando, como la educación de mis cuatro hijos. Con el mototaxismo, ser taxista en el Valle es cada día más duro”.

Mantendrá abierta la subasta hasta el 28 de febrero. “Lo que le aseguro es que Diomedes desde allá arriba está de acuerdo con esto, porque es para una buena causa. Lo que sí no le gustaría es que se la comiera la polilla o me la jodiera un borracho por la calle”, dice mientras espera que su celular suene una vez más para escuchar propuestas.

LEONARDO HERRERA DELGHAMS
VALLEDUPAR

Foto del tiempo
Articulo original en: http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/subasta-de-camiseta-de-diomedes-diaz/15291995

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En un estrecho escaparate, apretujado entre pantalones y camisas, colgada de un gancho de plástico negro, reposa una verdadera reliquia del más celebrado cantante vallenato de todos los tiempo, Diomedes Díaz.

En ese escaparate, ubicado frente a la cama de Leonardo Montalvo Toscano, un taxista de 44 años, padre de cuatro hijos que vive en el barrio Siete de Agosto de Valledupar, desde hace más de un año está la prenda confeccionada en una casa de alta costura italiana conocida como Gianni Versace, usualmente llamada Versace. Según la diseñadora barranquillera Judy Hazbún, una camisa de estas calidades puede estar en el mercado con precio mínimo 395 dólares, unos 900.000 pesos colombianos, cuyo valor se podría incrementar si la ha lucido una personalidad reconocida.

Por eso, para Montalvo esta camisa es como la joya de la corona.
"Vea compadre, aquí en el Valle cualquiera mataría por tenerla", dice el hombre para dimensionar el significado que tiene la prenda y que ahora se ha convertido en la esperanza de él y su familia ya que decidió sacarla del clóset para ponerla en subasta.

"No aguanta que una vaina tan fina esté colgada en este escaparate viejo", explica, al aclarar que le da pena con la familia del artista. "Hay muchos seguidores de el “Cacique” en el mundo que le darán un mejor uso"

Esa Versace, manga larga, de rayas grises y blancas, cuello alto, de puño, que está adornada con aplicaciones de minúsculas piedras negras que destellan con las luces del bombillo del cuarto, la lució el cantautor vallenato en varias presentaciones y actos sociales, como en la que aparece al lado del cantante Silvestre Dangod, interpretando la canción Gaviota Herida.

Quienes conocieron al “Cacique” saben que siempre lució prendas de grandes marcas, en muchas ocasiones eran regalos de sus amigos y familiares. La Versace hace parte de la colección de prendas finas que en ocasiones lució, pese a que fue siempre sencillo y nunca renunció a su espíritu de campesino y de hombre de clase popular, que hoy podía presentarse en saco y corbata en un club de Bogotá o Barranquilla y al día siguiente en pantaloneta y sandalias guajiras en una caseta de El Retén (Magdalena) o en Costilla (Cesar).

En 37 años de vida artística, Díaz grabó 350 canciones, muchas son grandes éxitos dentro y fuera del país en 35 álbumes y vendió más de 15 millones de copias. Hoy Diomedes, quien falleció el 22 de diciembre del 2013, está nuevamente acaparando la atención de los colombianos, gracias a la telenovela sobre su vida que emite todas las noches el canal RCN y que mantiene los mayores índices de audiencia.

Diomedes le regaló esta prenda a Leonardo como forma de agradecimiento y muestra de desprendimiento, por haber sido una persona que durante casi dos años estuvo pendiente de colaborarle a él y a su familia.

"Esta camisa es una verdadera reliquia", dice Leonardo, al asegurar que la tela se ajusta a cualquier talla–. Yo soy gordo y me queda bacana, pero a un flaco también le queda bien, porque esto es pura finura. La tela es suavecita.
¿Cómo se la ganó?

Diomedes Díaz luciendo la camisa en un concierto, donde lo acompaña Silvestre Dangond.
Desde hace 19 años, Leonardo Montalvo trabaja de noche como taxista en Valledupar. Se parquea en un sector conocido como Choncholandia, una venta de chicharrones en el barrio Ciudad Jardín, a unas dos cuadras de la casa donde vivió Diomedes Díaz con su familia.
“Me daba cuenta que allí entraba y salía gente, pero no pedían carro, sino que salían a la calle a tomarlos. Siempre estaba atento y recogía mis carreras”. En una de esas carreras conoció a Abel Díaz, hermano de Diomedes. “Se hizo cliente, y ya me llamaba a cada rato para que le hiciera favores al supermercado o droguería, los dejaba en la puerta y me iba”.
Montalvo dice que después de las seis de la tarde no pasaban 20 minutos cuando lo estaban solicitando para pedirle que hiciera un mandado a la familia Díaz.

Así pasaron meses hasta que un día Abel lo invitó a entrar a la casa. “Este es el muchacho que nos colabora. Es “full” serio y bien mandado”, cuenta Montalvo que fue como lo presentaron ante el “Cacique”. “El hombre me miró y me dijo: “Vea sobrino así es que necesito gente a mi lado, nada de chismosos ni sapos” ”. Eso fue a comienzo del 2012.
Desde esa vez nació una buena amistad. “Era un hombre de casualidades, a veces duraba hasta tres meses sin verlo, no pasaba de la puerta de la calle, de repente me mandaba a entrar y me saludaba con mucho cariño y me preguntaba por los pelaos”, dice Montalvo, que en una ocasión le llevó a sus dos hijos, previa invitación de Diomedes. Se tomaron una foto, que la conserva y saca con orgullo.

Para Montalvo no faltan las palabras de agradecimiento con el artista. Asegura que él lo ayudó en más de una ocasión cuando atravesó situaciones económicas difíciles. “Tuve un hijo en cuidados intensivos y no tenía la plata para sacarlo de la clínica. El “Cacique” hizo una llamada y listo”, dice. También recuerda que cuando estaba pensativo por una deuda lo alentaba: “ “¿Qué le pasa, sobrino?, ¡tenga pa” que mate esa culebra!”. Y me daba plata”.
Por eso, cuando le preguntan quién era Diomedes Díaz, Montalvo no duda un segundo en decir que era verdadero monstruo: “Daba lo que no se ganaba, y con una sola llamada le arreglaba la vida al que fuera. Por eso lo quería la gente y hacían por él lo que fuera”.
Así va la subasta

A Montalvo siempre le gustaron unos zapatos rojos que un diseñador le regaló a Diomedes. “Se dio cuenta que me gustaban y uno de esos días que me invitó a entrar al cuarto me los dio, cuando me los probé me quedaron bailado, eran talla 44, yo soy 40”.
Para que no se fuera desmotivado le dijo: “Sobrino, no se preocupe que un día de estos le doy su detallito”. Esa frase la escuchó varias veces. “No me he olvidado de su detallito”, le gritaba cuando lo veía en la puerta.

A finales de noviembre del 2013 fue a entregar un domicilio y Diego Fernando Martínez, cuñado y hombre de confianza de Diomedes, lo sorprendió con una bolsa: “Mira aquí te mandaron por portarte bien”. Era la camisa más linda que en sus 44 años de vida asegura Montalvo haber visto y tenido en sus manos.

Desde que la tiene solo se la ha puesto una vez. Fue el 15 de junio del 2014, día de su cumpleaños para sentarse en la puerta de su casa a tomarse unos tragos con unos familiares y amigos. “Carajo eso sí que es una reliquia”, le decían ese día. Algunos hasta le tomaron fotos a la camisa.

Montalvo, como buen vallenato, no le da pena confesar algunas cosas por la que otros se apenarían. La camisa se la puso a las tres de la tarde y se la quitó a las nueve de la noche, cuando la fiesta estaba en lo mejor. Prefirió quedarse en camisilla. “Por temor a que un borracho de estos me la jodiera con un cigarrillo o con un abrazo. Uno no sabe”.
Al día siguiente su esposa, con la advertencia de que lo hiciera a mano y con un jabón suave, la enjuagó, la puso a secar en la sombra y la devolvió al escaparate en donde ha permanecido.

Ahora que decidió sacar en subasta la camisa ha recibido unas ocho llamadas. “Algunos creen que es mentira”, dice. Una mujer ya puso el primer precio: 1”300.000 pesos. Las ofertas las recibe al número celular 300 7130606, al que por estos días no le quita los ojos ni de noche ni de día.

Pero Montalvo, sin saber mucho de moda, sí tiene claro el valor que tiene la camisa por haber pertenecido a uno de los más grandes del folclor vallenato. “Aquí vino un mexicano y ofreció cinco millones de pesos por una franela que se ponía Diomedes pa” ir la finca. Ahora cuánto no van a dar por esta que sí es digna de un artista de su talla”.

Para confirmar que la camisa sí es de Diomedes muestra un recorte de periódico donde aparece el “Cacique” luciéndola con Silvestre Dangond (se puede apreciar en https://www.youtube.com/watch?v=MIc6hp17CBQ) durante una presentación privada en Bogotá.

Lo que sí tiene claro Montalvo es que con el dinero de la venta de la camisa no saldrá de pobre. “No voy a ser el taxista millonario, pero sí solucionaré muchos problemas por los que estoy a travesando, como la educación de mis cuatro hijos. Con el mototaxismo, ser taxista en el Valle es cada día más duro”.

Mantendrá abierta la subasta hasta el 28 de febrero. “Lo que le aseguro es que Diomedes desde allá arriba está de acuerdo con esto, porque es para una buena causa. Lo que sí no le gustaría es que se la comiera la polilla o me la jodiera un borracho por la calle”, dice mientras espera que su celular suene una vez más para escuchar propuestas.

LEONARDO HERRERA DELGHAMS
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Articulo original en: http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/subasta-de-camiseta-de-diomedes-diaz/15291995

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Fuente: Por: LEONARDO HERRERA DELGHAMS del Tiempo.com | Fecha: 2015-03-03 | Visitas: 2514

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En un estrecho escaparate, apretujado entre pantalones y camisas, colgada de un gancho de plástico negro, reposa una verdadera reliquia del más celebrado cantante vallenato de todos los tiempo, Diomedes Díaz.

En ese escaparate, ubicado frente a la cama de Leonardo Montalvo Toscano, un taxista de 44 años, padre de cuatro hijos que vive en el barrio Siete de Agosto de Valledupar, desde hace más de un año está la prenda confeccionada en una casa de alta costura italiana conocida como Gianni Versace, usualmente llamada Versace. Según la diseñadora barranquillera Judy Hazbún, una camisa de estas calidades puede estar en el mercado con precio mínimo 395 dólares, unos 900.000 pesos colombianos, cuyo valor se podría incrementar si la ha lucido una personalidad reconocida.

Por eso, para Montalvo esta camisa es como la joya de la corona.
"Vea compadre, aquí en el Valle cualquiera mataría por tenerla", dice el hombre para dimensionar el significado que tiene la prenda y que ahora se ha convertido en la esperanza de él y su familia ya que decidió sacarla del clóset para ponerla en subasta.

"No aguanta que una vaina tan fina esté colgada en este escaparate viejo", explica, al aclarar que le da pena con la familia del artista. "Hay muchos seguidores de el “Cacique” en el mundo que le darán un mejor uso"

Esa Versace, manga larga, de rayas grises y blancas, cuello alto, de puño, que está adornada con aplicaciones de minúsculas piedras negras que destellan con las luces del bombillo del cuarto, la lució el cantautor vallenato en varias presentaciones y actos sociales, como en la que aparece al lado del cantante Silvestre Dangod, interpretando la canción Gaviota Herida.

Quienes conocieron al “Cacique” saben que siempre lució prendas de grandes marcas, en muchas ocasiones eran regalos de sus amigos y familiares. La Versace hace parte de la colección de prendas finas que en ocasiones lució, pese a que fue siempre sencillo y nunca renunció a su espíritu de campesino y de hombre de clase popular, que hoy podía presentarse en saco y corbata en un club de Bogotá o Barranquilla y al día siguiente en pantaloneta y sandalias guajiras en una caseta de El Retén (Magdalena) o en Costilla (Cesar).

En 37 años de vida artística, Díaz grabó 350 canciones, muchas son grandes éxitos dentro y fuera del país en 35 álbumes y vendió más de 15 millones de copias. Hoy Diomedes, quien falleció el 22 de diciembre del 2013, está nuevamente acaparando la atención de los colombianos, gracias a la telenovela sobre su vida que emite todas las noches el canal RCN y que mantiene los mayores índices de audiencia.

Diomedes le regaló esta prenda a Leonardo como forma de agradecimiento y muestra de desprendimiento, por haber sido una persona que durante casi dos años estuvo pendiente de colaborarle a él y a su familia.

"Esta camisa es una verdadera reliquia", dice Leonardo, al asegurar que la tela se ajusta a cualquier talla–. Yo soy gordo y me queda bacana, pero a un flaco también le queda bien, porque esto es pura finura. La tela es suavecita.
¿Cómo se la ganó?

Diomedes Díaz luciendo la camisa en un concierto, donde lo acompaña Silvestre Dangond.
Desde hace 19 años, Leonardo Montalvo trabaja de noche como taxista en Valledupar. Se parquea en un sector conocido como Choncholandia, una venta de chicharrones en el barrio Ciudad Jardín, a unas dos cuadras de la casa donde vivió Diomedes Díaz con su familia.
“Me daba cuenta que allí entraba y salía gente, pero no pedían carro, sino que salían a la calle a tomarlos. Siempre estaba atento y recogía mis carreras”. En una de esas carreras conoció a Abel Díaz, hermano de Diomedes. “Se hizo cliente, y ya me llamaba a cada rato para que le hiciera favores al supermercado o droguería, los dejaba en la puerta y me iba”.
Montalvo dice que después de las seis de la tarde no pasaban 20 minutos cuando lo estaban solicitando para pedirle que hiciera un mandado a la familia Díaz.

Así pasaron meses hasta que un día Abel lo invitó a entrar a la casa. “Este es el muchacho que nos colabora. Es “full” serio y bien mandado”, cuenta Montalvo que fue como lo presentaron ante el “Cacique”. “El hombre me miró y me dijo: “Vea sobrino así es que necesito gente a mi lado, nada de chismosos ni sapos” ”. Eso fue a comienzo del 2012.
Desde esa vez nació una buena amistad. “Era un hombre de casualidades, a veces duraba hasta tres meses sin verlo, no pasaba de la puerta de la calle, de repente me mandaba a entrar y me saludaba con mucho cariño y me preguntaba por los pelaos”, dice Montalvo, que en una ocasión le llevó a sus dos hijos, previa invitación de Diomedes. Se tomaron una foto, que la conserva y saca con orgullo.

Para Montalvo no faltan las palabras de agradecimiento con el artista. Asegura que él lo ayudó en más de una ocasión cuando atravesó situaciones económicas difíciles. “Tuve un hijo en cuidados intensivos y no tenía la plata para sacarlo de la clínica. El “Cacique” hizo una llamada y listo”, dice. También recuerda que cuando estaba pensativo por una deuda lo alentaba: “ “¿Qué le pasa, sobrino?, ¡tenga pa” que mate esa culebra!”. Y me daba plata”.
Por eso, cuando le preguntan quién era Diomedes Díaz, Montalvo no duda un segundo en decir que era verdadero monstruo: “Daba lo que no se ganaba, y con una sola llamada le arreglaba la vida al que fuera. Por eso lo quería la gente y hacían por él lo que fuera”.
Así va la subasta

A Montalvo siempre le gustaron unos zapatos rojos que un diseñador le regaló a Diomedes. “Se dio cuenta que me gustaban y uno de esos días que me invitó a entrar al cuarto me los dio, cuando me los probé me quedaron bailado, eran talla 44, yo soy 40”.
Para que no se fuera desmotivado le dijo: “Sobrino, no se preocupe que un día de estos le doy su detallito”. Esa frase la escuchó varias veces. “No me he olvidado de su detallito”, le gritaba cuando lo veía en la puerta.

A finales de noviembre del 2013 fue a entregar un domicilio y Diego Fernando Martínez, cuñado y hombre de confianza de Diomedes, lo sorprendió con una bolsa: “Mira aquí te mandaron por portarte bien”. Era la camisa más linda que en sus 44 años de vida asegura Montalvo haber visto y tenido en sus manos.

Desde que la tiene solo se la ha puesto una vez. Fue el 15 de junio del 2014, día de su cumpleaños para sentarse en la puerta de su casa a tomarse unos tragos con unos familiares y amigos. “Carajo eso sí que es una reliquia”, le decían ese día. Algunos hasta le tomaron fotos a la camisa.

Montalvo, como buen vallenato, no le da pena confesar algunas cosas por la que otros se apenarían. La camisa se la puso a las tres de la tarde y se la quitó a las nueve de la noche, cuando la fiesta estaba en lo mejor. Prefirió quedarse en camisilla. “Por temor a que un borracho de estos me la jodiera con un cigarrillo o con un abrazo. Uno no sabe”.
Al día siguiente su esposa, con la advertencia de que lo hiciera a mano y con un jabón suave, la enjuagó, la puso a secar en la sombra y la devolvió al escaparate en donde ha permanecido.

Ahora que decidió sacar en subasta la camisa ha recibido unas ocho llamadas. “Algunos creen que es mentira”, dice. Una mujer ya puso el primer precio: 1”300.000 pesos. Las ofertas las recibe al número celular 300 7130606, al que por estos días no le quita los ojos ni de noche ni de día.

Pero Montalvo, sin saber mucho de moda, sí tiene claro el valor que tiene la camisa por haber pertenecido a uno de los más grandes del folclor vallenato. “Aquí vino un mexicano y ofreció cinco millones de pesos por una franela que se ponía Diomedes pa” ir la finca. Ahora cuánto no van a dar por esta que sí es digna de un artista de su talla”.

Para confirmar que la camisa sí es de Diomedes muestra un recorte de periódico donde aparece el “Cacique” luciéndola con Silvestre Dangond (se puede apreciar en https://www.youtube.com/watch?v=MIc6hp17CBQ) durante una presentación privada en Bogotá.

Lo que sí tiene claro Montalvo es que con el dinero de la venta de la camisa no saldrá de pobre. “No voy a ser el taxista millonario, pero sí solucionaré muchos problemas por los que estoy a travesando, como la educación de mis cuatro hijos. Con el mototaxismo, ser taxista en el Valle es cada día más duro”.

Mantendrá abierta la subasta hasta el 28 de febrero. “Lo que le aseguro es que Diomedes desde allá arriba está de acuerdo con esto, porque es para una buena causa. Lo que sí no le gustaría es que se la comiera la polilla o me la jodiera un borracho por la calle”, dice mientras espera que su celular suene una vez más para escuchar propuestas.

LEONARDO HERRERA DELGHAMS
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Articulo original en: http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/subasta-de-camiseta-de-diomedes-diaz/15291995

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