Biografia de Nafer Dur谩n

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Nafer Dur谩n

Fuente: Juan Rinc贸n Vanegas | Visitas: 23568

Nafer Dur谩n

Dice el Rey Nafer Dur谩n:
Toqu茅 la puerta y me la abrieron

Por Juan Rinc贸n Vanegas
juanrinconv@hotmail.com

La ma帽ana silenciosa de la mole de cemento del Parque de la Leyenda Consuelo Araujonoguera fue interrumpida por la voz de un hombre de 茅bano que se ha ganado la vida tocando acorde贸n, un instrumento que cuando lo arrulla en su pecho parece un juguete, pero al que le ha sacado las mejores notas, incluso en tono menor para decirle a una bella mujer con todo el sentimiento de su alma: ?Sin ti no puedo estar mi coraz贸n se desespera, no lo dejes sufrir m谩s porque le duele y se queja. Toda la culpa la tienes t煤 si lo dejas que se muera.
En esta ocasi贸n ese sufrimiento no era de amor. A mi edad no estoy para esos trotes del coraz贸n, confes贸. Era una calamidad dom茅stica, como la llam贸. O una angustia econ贸mica de las que a nadie nunca le faltan. Lleg贸 a pedir una ayuda para solucionar un impasse de esos que no dan espera. Sin mucha demora dibuj贸 con palabras su situaci贸n y antes de terminar ese cuadro de frases sinceras, recibi贸 el visto bueno y una sonrisa se le asom贸 en medio de su cara triste.
Es la primera vez que toco la puerta de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata y sin demora me la abren y mis palabras se quedan cortas para agradecerles. Yo he sido de la casa Molina desde Consuelo Araujo, don Hernando Molina, hasta llegar a sus hijos que han seguido la l铆nea de bondad y servicio.
En ese preciso momento su mirada la fij贸 en un pedazo de la Sierra Nevada que la ten铆a al frente y continu贸 musitando palabras de agradecimiento porque con ese gesto lo pon铆an fuera de peligro del problema que lo persegu铆a sin cesar.
Todos guardaron silencio respetando las palabras del Rey Vallenato, Nafer Dur谩n D铆az, quien para volver a matar el silencio pidi贸 que le prestaran un acorde贸n.
Quer铆a agradecer no solamente con palabras sino tocando y cantando como lo ha hecho siempre. Y en un santiam茅n aparecieron dos acordeones. Prob贸 la primera que cay贸 en sus manos y enseguida inspirado se pase贸 por sus mejores p谩ginas musicales. Hac铆a paradas para echar el cuento de sus obras. A los presentes los remont贸 a esos tiempos idos de: D茅jala ven铆, Mi patria chica, La flor del mel贸n, Clavelito, El estanquillo, Ariguan铆 y La chimichag眉era. Incluso una cumbia dedicada al fallecido compositor Jos茅 Benito Barros.
Al hijo de Nafer Donato Dur谩n y Juana D铆az, le hab铆a cambiado el semblante. Estaba feliz contando sus historias que son ricas en notas de acorde贸n, en episodios cargados de amores, la mayor铆a pasados por el pentagrama de su coraz贸n y de tristezas a las que no les ha cantado porque su alma no le dio permiso porque estaba llorando de angustia.

La tertulia

Despu茅s de tocar el acorde贸n lo puso a un lado e hizo un r谩pido repaso por su vida llena de vivencias. Cont贸 que con varias mujeres hab铆a tenido 22 hijos. Abre m谩s de la cuenta sus ojos y lo reafirma. Fueron 22 de carne y hueso, algunos ya fallecidos.
Entonces hace una clara explicaci贸n sobre su prol铆fica prole. Esos eran otros tiempos donde todo abundaba. Hasta mi casa me llevaban toda clase de comida y no se pasaba nunca trabajo. No hab铆a televisi贸n. Suelta una carcajada que se escucha hasta en su tierra El Paso, Cesar.
Enseguida entrega una frase contundente. En esos tiempos ser fiel era casi un milagro, aunque se hiciera a escondidas. Contin煤o con su disertaci贸n sobre los faenas del amor en distintos campos y de las jornadas de tragos hasta llegar a momentos de efervescencia y calor para de esta manera declarar a voz en cuello: Est谩 tocando es un hombre.
No falt贸 el recuerdo de su hermano Alejo, para quien tuvo lo m谩s altos elogios por su carisma y estilo propio para tocar el acorde贸n.
Alejo fue 煤nico. Alejo fue Alejo y qued贸 inscrito en las p谩ginas gloriosas de la m煤sica vallenata no solamente por ser el primer Rey Vallenato, sino porque ten铆a una personalidad extraordinaria. Se le jugaba con lo suyo. Una vez compuso una canci贸n que yo consider茅 como muy fea. Se lo dije y me respondi贸 que esa canci贸n a alguien le iba a gustar. Sigui贸 hablando y contando historias que tienen diversos cap铆tulos, todos enmarcados dentro de los c谩nones del verdadero vallenato, ese vallenato que aprendi贸 a tocar antes que a conocer las vocales.
Nafer Dur谩n hace una parada en su conversaci贸n y se regresa a la actualidad para advertir que es una persona de una sola pieza.
No tengo quejas de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata y por eso nunca podr谩n decir que Nafer Dur谩n tuvo una mala palabra contra los organizadores del Festival Vallenato. Nunca me ha ido mal y no tengo porque expresar cosas que no me constan. Y tampoco permito que nadie ponga en mi boca palabras que son contrarias a mi pensamiento. Si hay una persona agradecida soy yo y estoy a la orden para lo que me requieran a favor de nuestra m煤sica vallenata.
Las puertas de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata se le abrieron de par en par a Naferito Dur谩n y por eso al despedirse le dio un fuerte abrazo a Rodolfo Molina Araujo, quien tuvo la bondad de escucharlo y brindarle la inmediata soluci贸n que estaba buscando.
Al o铆do le dijo varias cosas y luego en voz alta expres贸: 隆Hijo de su mam谩 ten铆a que ser!

Biografia de Nafer Dur谩n

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Nafer Dur谩n

Dice el Rey Nafer Dur谩n:
Toqu茅 la puerta y me la abrieron

Por Juan Rinc贸n Vanegas
juanrinconv@hotmail.com

La ma帽ana silenciosa de la mole de cemento del Parque de la Leyenda Consuelo Araujonoguera fue interrumpida por la voz de un hombre de 茅bano que se ha ganado la vida tocando acorde贸n, un instrumento que cuando lo arrulla en su pecho parece un juguete, pero al que le ha sacado las mejores notas, incluso en tono menor para decirle a una bella mujer con todo el sentimiento de su alma: ?Sin ti no puedo estar mi coraz贸n se desespera, no lo dejes sufrir m谩s porque le duele y se queja. Toda la culpa la tienes t煤 si lo dejas que se muera.
En esta ocasi贸n ese sufrimiento no era de amor. A mi edad no estoy para esos trotes del coraz贸n, confes贸. Era una calamidad dom茅stica, como la llam贸. O una angustia econ贸mica de las que a nadie nunca le faltan. Lleg贸 a pedir una ayuda para solucionar un impasse de esos que no dan espera. Sin mucha demora dibuj贸 con palabras su situaci贸n y antes de terminar ese cuadro de frases sinceras, recibi贸 el visto bueno y una sonrisa se le asom贸 en medio de su cara triste.
Es la primera vez que toco la puerta de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata y sin demora me la abren y mis palabras se quedan cortas para agradecerles. Yo he sido de la casa Molina desde Consuelo Araujo, don Hernando Molina, hasta llegar a sus hijos que han seguido la l铆nea de bondad y servicio.
En ese preciso momento su mirada la fij贸 en un pedazo de la Sierra Nevada que la ten铆a al frente y continu贸 musitando palabras de agradecimiento porque con ese gesto lo pon铆an fuera de peligro del problema que lo persegu铆a sin cesar.
Todos guardaron silencio respetando las palabras del Rey Vallenato, Nafer Dur谩n D铆az, quien para volver a matar el silencio pidi贸 que le prestaran un acorde贸n.
Quer铆a agradecer no solamente con palabras sino tocando y cantando como lo ha hecho siempre. Y en un santiam茅n aparecieron dos acordeones. Prob贸 la primera que cay贸 en sus manos y enseguida inspirado se pase贸 por sus mejores p谩ginas musicales. Hac铆a paradas para echar el cuento de sus obras. A los presentes los remont贸 a esos tiempos idos de: D茅jala ven铆, Mi patria chica, La flor del mel贸n, Clavelito, El estanquillo, Ariguan铆 y La chimichag眉era. Incluso una cumbia dedicada al fallecido compositor Jos茅 Benito Barros.
Al hijo de Nafer Donato Dur谩n y Juana D铆az, le hab铆a cambiado el semblante. Estaba feliz contando sus historias que son ricas en notas de acorde贸n, en episodios cargados de amores, la mayor铆a pasados por el pentagrama de su coraz贸n y de tristezas a las que no les ha cantado porque su alma no le dio permiso porque estaba llorando de angustia.

La tertulia

Despu茅s de tocar el acorde贸n lo puso a un lado e hizo un r谩pido repaso por su vida llena de vivencias. Cont贸 que con varias mujeres hab铆a tenido 22 hijos. Abre m谩s de la cuenta sus ojos y lo reafirma. Fueron 22 de carne y hueso, algunos ya fallecidos.
Entonces hace una clara explicaci贸n sobre su prol铆fica prole. Esos eran otros tiempos donde todo abundaba. Hasta mi casa me llevaban toda clase de comida y no se pasaba nunca trabajo. No hab铆a televisi贸n. Suelta una carcajada que se escucha hasta en su tierra El Paso, Cesar.
Enseguida entrega una frase contundente. En esos tiempos ser fiel era casi un milagro, aunque se hiciera a escondidas. Contin煤o con su disertaci贸n sobre los faenas del amor en distintos campos y de las jornadas de tragos hasta llegar a momentos de efervescencia y calor para de esta manera declarar a voz en cuello: Est谩 tocando es un hombre.
No falt贸 el recuerdo de su hermano Alejo, para quien tuvo lo m谩s altos elogios por su carisma y estilo propio para tocar el acorde贸n.
Alejo fue 煤nico. Alejo fue Alejo y qued贸 inscrito en las p谩ginas gloriosas de la m煤sica vallenata no solamente por ser el primer Rey Vallenato, sino porque ten铆a una personalidad extraordinaria. Se le jugaba con lo suyo. Una vez compuso una canci贸n que yo consider茅 como muy fea. Se lo dije y me respondi贸 que esa canci贸n a alguien le iba a gustar. Sigui贸 hablando y contando historias que tienen diversos cap铆tulos, todos enmarcados dentro de los c谩nones del verdadero vallenato, ese vallenato que aprendi贸 a tocar antes que a conocer las vocales.
Nafer Dur谩n hace una parada en su conversaci贸n y se regresa a la actualidad para advertir que es una persona de una sola pieza.
No tengo quejas de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata y por eso nunca podr谩n decir que Nafer Dur谩n tuvo una mala palabra contra los organizadores del Festival Vallenato. Nunca me ha ido mal y no tengo porque expresar cosas que no me constan. Y tampoco permito que nadie ponga en mi boca palabras que son contrarias a mi pensamiento. Si hay una persona agradecida soy yo y estoy a la orden para lo que me requieran a favor de nuestra m煤sica vallenata.
Las puertas de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata se le abrieron de par en par a Naferito Dur谩n y por eso al despedirse le dio un fuerte abrazo a Rodolfo Molina Araujo, quien tuvo la bondad de escucharlo y brindarle la inmediata soluci贸n que estaba buscando.
Al o铆do le dijo varias cosas y luego en voz alta expres贸: 隆Hijo de su mam谩 ten铆a que ser!

Biografia

Nafer Dur谩n

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Nafer Dur谩n

Dice el Rey Nafer Dur谩n:
Toqu茅 la puerta y me la abrieron

Por Juan Rinc贸n Vanegas
juanrinconv@hotmail.com

La ma帽ana silenciosa de la mole de cemento del Parque de la Leyenda Consuelo Araujonoguera fue interrumpida por la voz de un hombre de 茅bano que se ha ganado la vida tocando acorde贸n, un instrumento que cuando lo arrulla en su pecho parece un juguete, pero al que le ha sacado las mejores notas, incluso en tono menor para decirle a una bella mujer con todo el sentimiento de su alma: ?Sin ti no puedo estar mi coraz贸n se desespera, no lo dejes sufrir m谩s porque le duele y se queja. Toda la culpa la tienes t煤 si lo dejas que se muera.
En esta ocasi贸n ese sufrimiento no era de amor. A mi edad no estoy para esos trotes del coraz贸n, confes贸. Era una calamidad dom茅stica, como la llam贸. O una angustia econ贸mica de las que a nadie nunca le faltan. Lleg贸 a pedir una ayuda para solucionar un impasse de esos que no dan espera. Sin mucha demora dibuj贸 con palabras su situaci贸n y antes de terminar ese cuadro de frases sinceras, recibi贸 el visto bueno y una sonrisa se le asom贸 en medio de su cara triste.
Es la primera vez que toco la puerta de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata y sin demora me la abren y mis palabras se quedan cortas para agradecerles. Yo he sido de la casa Molina desde Consuelo Araujo, don Hernando Molina, hasta llegar a sus hijos que han seguido la l铆nea de bondad y servicio.
En ese preciso momento su mirada la fij贸 en un pedazo de la Sierra Nevada que la ten铆a al frente y continu贸 musitando palabras de agradecimiento porque con ese gesto lo pon铆an fuera de peligro del problema que lo persegu铆a sin cesar.
Todos guardaron silencio respetando las palabras del Rey Vallenato, Nafer Dur谩n D铆az, quien para volver a matar el silencio pidi贸 que le prestaran un acorde贸n.
Quer铆a agradecer no solamente con palabras sino tocando y cantando como lo ha hecho siempre. Y en un santiam茅n aparecieron dos acordeones. Prob贸 la primera que cay贸 en sus manos y enseguida inspirado se pase贸 por sus mejores p谩ginas musicales. Hac铆a paradas para echar el cuento de sus obras. A los presentes los remont贸 a esos tiempos idos de: D茅jala ven铆, Mi patria chica, La flor del mel贸n, Clavelito, El estanquillo, Ariguan铆 y La chimichag眉era. Incluso una cumbia dedicada al fallecido compositor Jos茅 Benito Barros.
Al hijo de Nafer Donato Dur谩n y Juana D铆az, le hab铆a cambiado el semblante. Estaba feliz contando sus historias que son ricas en notas de acorde贸n, en episodios cargados de amores, la mayor铆a pasados por el pentagrama de su coraz贸n y de tristezas a las que no les ha cantado porque su alma no le dio permiso porque estaba llorando de angustia.

La tertulia

Despu茅s de tocar el acorde贸n lo puso a un lado e hizo un r谩pido repaso por su vida llena de vivencias. Cont贸 que con varias mujeres hab铆a tenido 22 hijos. Abre m谩s de la cuenta sus ojos y lo reafirma. Fueron 22 de carne y hueso, algunos ya fallecidos.
Entonces hace una clara explicaci贸n sobre su prol铆fica prole. Esos eran otros tiempos donde todo abundaba. Hasta mi casa me llevaban toda clase de comida y no se pasaba nunca trabajo. No hab铆a televisi贸n. Suelta una carcajada que se escucha hasta en su tierra El Paso, Cesar.
Enseguida entrega una frase contundente. En esos tiempos ser fiel era casi un milagro, aunque se hiciera a escondidas. Contin煤o con su disertaci贸n sobre los faenas del amor en distintos campos y de las jornadas de tragos hasta llegar a momentos de efervescencia y calor para de esta manera declarar a voz en cuello: Est谩 tocando es un hombre.
No falt贸 el recuerdo de su hermano Alejo, para quien tuvo lo m谩s altos elogios por su carisma y estilo propio para tocar el acorde贸n.
Alejo fue 煤nico. Alejo fue Alejo y qued贸 inscrito en las p谩ginas gloriosas de la m煤sica vallenata no solamente por ser el primer Rey Vallenato, sino porque ten铆a una personalidad extraordinaria. Se le jugaba con lo suyo. Una vez compuso una canci贸n que yo consider茅 como muy fea. Se lo dije y me respondi贸 que esa canci贸n a alguien le iba a gustar. Sigui贸 hablando y contando historias que tienen diversos cap铆tulos, todos enmarcados dentro de los c谩nones del verdadero vallenato, ese vallenato que aprendi贸 a tocar antes que a conocer las vocales.
Nafer Dur谩n hace una parada en su conversaci贸n y se regresa a la actualidad para advertir que es una persona de una sola pieza.
No tengo quejas de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata y por eso nunca podr谩n decir que Nafer Dur谩n tuvo una mala palabra contra los organizadores del Festival Vallenato. Nunca me ha ido mal y no tengo porque expresar cosas que no me constan. Y tampoco permito que nadie ponga en mi boca palabras que son contrarias a mi pensamiento. Si hay una persona agradecida soy yo y estoy a la orden para lo que me requieran a favor de nuestra m煤sica vallenata.
Las puertas de la Fundaci贸n Festival de la Leyenda Vallenata se le abrieron de par en par a Naferito Dur谩n y por eso al despedirse le dio un fuerte abrazo a Rodolfo Molina Araujo, quien tuvo la bondad de escucharlo y brindarle la inmediata soluci贸n que estaba buscando.
Al o铆do le dijo varias cosas y luego en voz alta expres贸: 隆Hijo de su mam谩 ten铆a que ser!